Eolias: En Lípari, con Vulcano al fondo
Advierto, me crean o no: el abultamiento que se aprecia en la parte baja de mi sudadera, donde se encuentra el vientre poderosísimo y bien formado con el diario gimnasio, no es una pancita coqueta, sino la cangurera negra que, si se fijan bien, ahí se ve. Y sí, ya sé que me veo simpático con mi casquito y la vespa alquilada.