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Published: December 29th 2009
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Morelia, Michoacán, a 27 de noviembre del 2009.
Saludos a todos.
Pues aquí ando en tierra purépecha, ya en camino de regreso hacia Tijuana debido a la brevedad del tiempo y el presupuesto. Como ya voy sobre el tiempo, lugar que no alcanzo a visitar, lugar que me tengo que saltar, y lamentablemente no pude darme una vuelta por Taxco e Iguala (por tonto, por retrasarme y elegir mal el itinerario), pero volveré...
Pues bueno.... ahora les mando unas poquísimas fotos de Bernal, Querétaro, nombrado "pueblo mágico" por la SECTUR, nombramiento muy merecido, tanto por lo pintoresco del pueblo como por las leyendas sobre el mismo. El gran y principal atractivo del lugar es la "Peña" o "Peñón", que es ni más ni menos que el tercer monolito más alto del mundo con 350 metros, lo que constituye una delicia para los "rappelistas" y el público en general (yo incluido). En pocas palabras un monolito es una piedrota o piedrotota, ubicada de tal modo que sobresale muy por encima del terreno. De acuerdo con la Lonely Planet Guide y la información expuesta en el sitio, el top 3 de los monolitos más
altos son los peñones de Gibraltar, Río de Janeiro ("Pan de azúcar") y Bernal. El más grande está en Australia, pero no sobrepasa en altura a los anteriores.
Sobre la peña y el pueblo circulan varias leyendas y creencias. La más conocida dice que dentro de la peña hay una cueva con una víbora estilo Quetzalcóatl; otras que el peñón fue un meteorito que cayó parado (desmentida por la ciencia, porque se supone que está hecho de lava); otros que fue esculpido por gigantes y visto desde distintas posiciones se aprecian diversas formas o escultura (como se hace con las nubes). Por último, la creencia más popular es que funciona como algún tipo de receptor de energía, así que en equinoccios, solticios y fechas de ese estilo gente viene para "cargar" energía (igual que en las pirámides). En Querétaro me dijeron que la gente de Bernal se caracteriza por vivir mucho, quién sabe si sera cierto.
Se puede llegar al pie de la peña sin problema alguno, ya que está bien pavimentado, banquetas, escaleras y muchos negocios de comida para tomar energía. Una vez en la peña, el camino se convierte en vereda por
la cual toda la gente va y viene, visitantes como rappelistas, señores y señoras, individuos con panza cervera (y sí suben), chamacos que brincan como chivos, familias que pasan el fin de semana, grupos de amigos, etc, y luego los que vienen a hacer negocio, como un vendedor de bon-ice (con estas crisis, tienen que ir a dónde nadie ha ido) y gente que atiende unas carpas donde venden sodas y cervezas. La vereda llega a la mitad del peñón, que es hasta donde se llega caminando; el resto del ascenso sólo se puede ser realizado con equipo de montañismo y rappel.
Me llamó mucho la atención las creencias sobre la energía de la peña, porque cuando inicié el ascenso esperaba cansarme en cualquier momento o que mis rodillas empezaran a protestar de inmediato, porque el día anterior había estado en Real de Catorce SLP caminando todo el día y quedé muy molido por la subida hasta el pueblo fantasma, además llevaba 2 noches durmiendo en los autobuses y ese mismo día había recorrido el pueblo de Bernal con el equipaje a cuestas, porque me encontré con que ahí no tenían terminal ni, obviamente, guardaequipaje (para subir
a la peña encargué el equipaje en un puesto de comida al pie de la peña), pero sorprendentemente no hubo problema alguno y realicé un ascenso tranquilo sin cansancio ni dolor muscular, con la única preocupación de no irme de boca contra el suelo (o el vacío) en algún descuido. Y por lo que vi no fui el único, porque hubo gente de edad madura o con un muy evidente sobrepeso que realizaba el ascenso sin rendirse ni dar marcha atrás. Ya en el final del ascenso uno se siente muy a todo dar, como cuando se ascienden pirámides, y no dan ganas de bajarse. De manera triste nunca faltan los irrespetuosos, y la mamá de una familia que llegó empezó a pintar su grafitti con barniz de uñas en una piedra como recuerdo para la posteridad. Y pues salvo esa familia "Peluche", todo tranquilo.
Lamentablemente el maldito virus queretano me borró casi la totalidad de las fotos tomadas (más las de Miguel Alemán y Córdoba), así que sólo mando las fotos que habían quedado grabadas en la cámara. Mi intención era mandar una tanda de fotos del pueblo, que está muy bonito y con agradable ambiente
(hay mucho turismo mexicano y había sido puente del 20 de noviembre), y otra tanda de fotos del ascenso a la peña, para que se apreciara la panorámica, las veredas, los y las rappelistas, y las paredes casi verticales del monolito (con todo y vendedor de Bon Ice y familia Peluche). Pero ni modo. Tendré que regresar algún día para reponer las fotos perdidas.
Así que ya saben, si andan por el rumbo (Querétaro, Toluca o, inclusive, el mismo D.F. -está a sólo 2 horas-), pueden darse una vuelta por Bernal, hartarse de gorditas queretanas (el platillo, no las muchachas) y luego subir la peña, total, el camino hacia la cima cuenta con "estaciones" expendedoras de cerveza y micheladas para que recarguen energía en el trayecto.
Bien, saludos y síganla pasando bien.
Omar Velásquez Manzo.
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P.D. ... omití mencionar que dicha zona recién acaba de incluirse como Patrimonio de la Humanidad Intangible por la UNESCO, junto con la zona de lugares sagrados y rituales de los otomíes-chichimecas en el Estado. Todavía seguimos en el 3er. lugar mundial de sitios patrimonio de la humanidad de la UNESCO (detrás de Italia
y España), pero ahí la llevamos; total, nos faltan muchos sitios por agregar (entre ellos San Cristobal de las Casas y Taxco).
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