De vuelta en Hanoi, la congestión, las motos y los pitos generaron, desde lo más profundo de mi ser, un deseo, una ambición. La meditación enseña que tanto los deseos, como las aversiones, te esclavizan, te hacen sufrir. Si deseas y no se te cumple, te frustras. Si eres afortunado y se te cumple, quieres más y más, pero terminas sufriendo por no tenerlo todo. Y ni hablar si te pasa lo que no quieres, sufres aún más porque las cosas no son como las esperabas. En este caso me importó un carajo, un deseo es un deseo, tendré otros días para meditar en mi vida; además, pensé "no voy a dejar que esa platica con la que "compre" el pase de moto se vaya a la basura, voy a alquilar una moto!!!" "En mi casa
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