Borneo - Sepilok


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Asia » Malaysia » Sabah » Sepilok Orang Utan Sanctuary
July 23rd 2009
Published: October 6th 2009
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1: Sanguijuelas... 12 secs
Empieza la mañana del 23 de julio en Jerantut, punto central de Malasia peninsular. Hoy será un día de viajero auténtico. Nuestro próximo destino es la isla de Borneo, cuyo norte pertenece a Malasia y alberga algunas de las mejores joyas de este país.

Pero para eso, hay que llegar primero... Tenemos el vuelo desde Kuala Lumpur así que, después de que el colega del hotel nos lleve en su 4x4 a la estación de autobuses, cogemos un autocar que realiza el aburrido trayecto hasta la capital malaya. Esta vez no paramos en Puduraya, la estación central de KL, ¡por suerte! Lo dicho, nos ahorramos el caos y cogemos directamente el eficaz y rápido mono-rail dirección China Town.

Tenemos hora y media escasa, así que decidimos comer en KL antes de coger la lanzadera al aeropuerto. Que mejor sitio que el restaurante típico malayo donde fuimos el primer día y tan buen sabor de boca nos dejó. Así que de vuelta al "Old China Cafe", Silvia no se arriesga nada y se pide sus rollitos clásicos. Yo me lanzo a la piscina y me pido un Nasi Lemak (la movida chunga de las anchoas fritas, arroz, cacahuetes y tal...) para demostrar que el problema no fue el plato en sí, sino el restaurante del hotel en las islas Perhentian. Pues a ver, como os lo diría, sí que estaba más bueno (ojo al arroz azul que me pusieron como curiosidad), pero los distintos sabores no congeniaban ni a patadas. En fin, ¡que a veces el que arriesga pierde! También hay que decir que yo seguía arrastrando las consecuencias del pescado picante y el ABC de la noche anterior... Creo que cayó otra pastillita para "cortar" cualquier posible complicación estomacal... 😊

Ya con la barriga llena, cogemos el shuttle que nos lleva de nuevo a la terminal low-cost del aeropuerto de KL, la misma donde fuimos cuando viajamos a Kota Bharu. Esta vez al ser de día, podemos divisar el circuito de Sepang, muy cerca del aeropuerto y sede de un Gran Premio de Formula 1.

Cogemos nuestro segundo vuelo AirAsia del viaje con destino a Sandakan, en la costa noreste de Borneo. Borneo es la tercera isla más grande del mundo, después de Groenlandia y Nueva Guinea, y una de las reservas naturales más ricas del mundo. Después de la segunda guerra mundial, y con la desbandada del Reino Unido del sureste asiático, se decidió, no sin polémica, que el norte de Borneo, dividido en las regiones de Sarawak y Sabah, dependiese de Malasia,. Indonesia no estuvo de acuerdo, pero más allá, incluso los propios habitantes de Sarawak y Sabah no se sentían malayos. Hoy en día se sigue notando esta problemática. De hecho, Sabah es considerando como una región independiente con cierta autonomía con respecto a otras regiones. Así que nos llevamos un sello de más en el pasaporte... En efecto, decidimos decantarnos por Sabah en vez de por su vecina debido al santuario de orangutanes y el parque nacional marino que más tarde detallaremos.

Lo dicho, después de tres horas de avión, llegamos al aeropuerto de Sandakan, donde tenemos que volver a rellenar las fichas para la gripe A, por cierto. Después de un intento fallido de negociación, cogimos un taxi hacia el albergue que quedaba un poco lejos. Como ya decía al principio, Malasia no se asemeja en nada a China respecto al negocio. Su cultura no es de regatear, y el precio suele estar establecido para todos. Bueno va, seguro que barren un poco para casa con los turistas, ¡pero no suelen intentar timarte tan descaradamente!

Como Sandakan no parece tener mucho interés, decidimos dormir en un albergue cerca de Sepilok, donde nos espera el santuario de orangutanes. Ya leímos por Internet que el hotel era encantador, pero no me imaginaba algo así. Situado en medio de la selva, un conjunto de refugios de madera se levanta del suelo. En el recinto hay hamacas, asientos, y todo tipo de comodidades. Sin embargo todo está hecho con el menor impacto natural, al menos desde un punto de vista visual. Nos reciben los simpáticos trabajadores (según Silvia uno era "demasiado" simpático conmigo...) y un conjunto de animaluchos que nos dan la bienvenida a Borneo. Primero vemos una lechuza de tres palmos que de primeras parece un muñeco de lo quieta que está. Me río del "balón de rugby" que vimos en el safari de Taman Negara ¬¬... Después el ambiente está lleno de mariposas ENORMES, podéis ver la foto para comprobar el tamaño. Las alas de éstas son tan grandes que los bichos llegan a planear, como si de un águila se tratase... Después de una cena ligera, nos vamos a nuestra cabaña donde ya una red protectora encima de la cama nos espera. Y es que solo por los infinitos ruidos de la noche, uno se da cuenta de que no está "solo" en la selva. Si en Perhentian fue un gecko, ¿qué sería esta vez?

Pero no, nada extraño nos entró en la habitación, por suerte. Por la mañana, disfrutamos de un buen desayuno mientras admiramos el entorno que nos rodea y que no habíamos podido disfrutar por la noche. El plato principal del día es la reserva de Sepilok. El albergue ofrece transporte gratis al centro, así que nos metemos en el 4x4 dirección el santuario. Además de Anton, el dueño malayo, una pareja de suecos nos acompaña en el coche. La conversación empieza con el clásico "where are you guys from?" y acabamos hablando de Stieg Larson y su libro sobre "Los hombres que no amaban..." y el posible traspaso de Ibrahimovic al Barça. Muy enrollados estos suecos...

Para daros una idea de la reserva de Sepilok, es una de las cuatro únicas reservas de orangutanes en el mundo. El Orang Utan ("hombre del bosque" en malayo) es el único gran simio que vive fuera de África, y sólo se encuentra en las islas de Borneo (Malasia e Indonesia) y Sumatra (Indonesia). Antiguamente se decía que un orang utan podía cruzar Borneo de punta a punta de la isla sin tocar el suelo. Hoy en día desgraciadamente, la selva se reduce a pasos de gigante por culpa del hombre, y los orangutanes, muy frágiles, se resienten de ello. Debido a esto, muchas crías pierden a su madre, y sin ayuda, quedan expuestas a los peligros de la selva. El cometido principal del santuario de Sepilok es encontrar estas crías e introducirlas en su mundo de nuevo, enseñándoles a trepar a los árboles, buscar comida, hacer nidos para la cría, etc. Contrariamente a lo que yo pensaba en un principio, el santuario no es un recinto cerrado sino que está en plena selva. Obviamente, las crías sí que están bajo vigilancia en la guardería. Sin embargo, los orangutanes que se están acostumbrando a la vida de la selva, viven en ésta en libertad y sólo acuden a las instalaciones de Sepilok cuando no han encontrado suficiente comida. Hay orangutanes que no vuelven jamás, hay otros que lo harán siempre.

Antes de todo, remarcar la gran impresión de Borneo el primer día. Taman Negara es una selva impresionante, pero la selva de Borneo es especial. Y su cielo, jamás he visto un cielo tan azul, igual que unos árboles tan verdes. Un espectáculo digno de presenciar.

Hay dos turnos de comida, uno por la mañana y otro al mediodía. Los cuidadores se montan en unas plataformas de madera en los árboles y llaman a los orangutanes a través de un tipo de tambores. Y a esperar... Depende de el día viene 5 orangutanes o ninguno. Lo que primero aparece es un grupo de macacos. Estos monos son más listos que el hambre, y nunca mejor dicho ya están merodeando los cuidadores para ver si pillan algo. Pero también los toca esperar porque el santuario no es de macacos precisamente... Cuando ya parece que no va a aparecer nada, un pequeño orang utan aparece colgándose de árbol en árbol. Éste se acerca al cuidador y empieza a comerse unos plátanos. Sin embargo, no parece muy hambriento y al cabo de 10 minutos se marcha con sus peculiares acrobacias. Ya convencidos de que no aparecerán más simios, los cuidadores lo dejan estar entregando a los macacos todo el festín. Tendrías que haber visto como se comían las bananas de dos en dos, ¡ni que llevasen semanas sin comer!

Tenemos un par de planes hasta el segundo turno a las tres de la tarde. De hecho, en un principio el plan era visitar el santuario de orangutanes para el primer turno de comida y marchar en un tour safari por Kinabatangan, unos de los ríos más famosos de Sabah. Al día siguiente teníamos que marchar a nuestro siguiente destino para empezar un curso de submarinismo. Después de reflexionarlo bien, preferimos dedicarle más tiempo a la zona de Sandakan y dejar estar el curso que, de todas maneras, nos contaron que merecía más la pena hacer snorkel y disfrutar, que no estar 2 días estudiando las maniobras básicas, etc.

Total, ¡que teníamos todo el día por delante en Sepilok! Así que decidimos hacer una pequeña excursión por los alrededores de la reserva. ¡Y menuda excursión! Los caminos no eran para nada como los de Taman Negara, siendo éstos mucho más vírgenes y sin nadie en el camino. A parte, el terreno es muy pantanoso a momentos, y complicado. La curiosidad llega cuando casi al final del trayecto empiezo a ver "algo" que le trepa a Silvia por las piernas. No, no era ninguna serpiente obviamente sino ¡sanguijuelas! Las muy jodidas se te enganchan a los pies y empiezan a subir pierna arriba en busca de un trocito de piel caliente donde clavar los dientes. Por suerte llevábamos pantalones largos, ya que hubo un momento en que las sanguijuelas no paraban de trepar por nuestras piernas. En principio el único riesgo es una posible infección de la mordedura. Por lo demás, ni duele. De hecho, yo no me enteré hasta más tarde que una había logrado escurrirse por la pernera de mi pantalón, dejando una marca en el gemelo. En fin... ¡una experiencia más! Lo mejor de todo fue una pareja de australianos que empezaban la excursión con nosotros, ¡y el tío iba descalzo por el barro! No lo volvimos a ver más... Dios sabrá qué pasó 😊

De vuelta, nos encontramos el grupo de macacos de la plataforma que volvía a la jungla. Bonito desfile de 10-12 monos con sus peleas entre ellos, juegos, ¡e incluso una segunda amenaza hacia mi persona! Será que me acerqué demasiado cuando los filmaba...

Para hacer tiempo hasta el segundo turno a las 3 de la tarde nos dirigimos al Rainforest Discovery Center, un centro cerca del santuario de Sepilok. Bajo un sol de justicia, visitamos el jardín botánico, el parque con sus lagos y disfrutamos de los animales que van apareciendo. Mención especial a una rana que, al encontrarla en el medio del camino, intenta pasar desapercibida camuflándose simulando ser una hoja caída. Lo peor es que una vez la descubrimos y Silvia empieza a molestarla con una rama para que salte, la rana sigue haciéndose la despistada y ni se inmuta. Más tarde subimos a otro Canopy Walk, esta vez más profesional y de apariencia sólida. Impresionantes los enormes árboles de 25-35 metros que se alzan del suelo para conseguir la luz del sol. Una vez más la selva hace patente la ley de la jungla, la del más fuerte. En una de las copas vemos una ardilla gigante (http://en.wikipedia.org/wiki/Black_Giant_Squirrel) que hacía un metro con una cola enorme.

La gran decepción fue la búsqueda de la flor más grande del mundo, la Rafflesia (http://en.wikipedia.org/wiki/Rafflesia) que puede llegar a hacer un metro de diámetro. Es típica de Borneo, y esperábamos verla en el centro, ya que tiene un jardín botánico muy importante, pero, no hubo suerte. Para la próxima vez...

De vuelta al santuario, paramos en la cafetería del centro para comer un poco (ojo que los quedaba arroz, ¡en Asia!) y reponer fuerzas. Luego, tuvimos una de las experiencias más bonitas del viaje. De camino a las plataformas de alimentación nos encontramos a dos palmos un orag utan enorme que se divertía entre las ramas de un árbol. Éste se nos queda mirando, mientras nosotros dos nos quedamos embelesados mirando el simio. Después, este orang utan hembra embarazada (esto lo supimos más tarde) entró en la pasarela por donde andábamos y nos acompañó todo el camino hasta las plataformas. Poco a poco la gente se fue acercando y acumulando detrás de ésta, pero nosotros éramos los primeros y tuvimos la gran suerte de observar este animal con rasgos y gestos tan parecidos a los humanos, de cerca. Y es que parecerá un tópico lo que voy a decir, pero observando las manos, la cara, los gestos, uno se da cuenta de cuán cerca estamos de los grandes simios, y de que hace mucho tiempo todos pertenecimos a una misma especie. Ya al llegar a las plataformas tuvimos más suerte que por la mañana ya que, a parte del orang utan que vino con nosotros, otro apareció y ambos se pusieron las botas a base de leche y fruta. Esta vez los macacos no tuvieron opción 😊 Acabamos la visita con la proyección de un video sobre el centro que conciencia a la gente sobre la importancia de centros como este, no solo para financiarlos, sino para educar a las personas sobre una naturaleza debilitada de más en más por el hombre.

Saliendo de Sepilok, decidimos que puede ser una buena idea pasar la tarda en Sandakan y empaparnos de la cultura de Sabah. Cogemos un bus, más parecido a cuatro latas y un volante, y llegamos sanos y salvos al centro del pueblo. De primeras nos llama un enorme supermercado (que no centro comercial) donde pasamos media hora investigando los productos malayos. La comida extravagante y la sección de electrónica nos dejan pasmados. Ojito a la foto que muestra los últimos avances en televisión y cadenas de música que se lleva en Borneo. Las empresas que venden eso no tienen vergüenza... Salimos de vuelta a Sandakan dispuesto a visitar el pueblo. Sin embargo, no es muy agradable, siendo bastante caótico y un poco sucio. Así que después de presenciar algo como el incendio de un coche y cruzar un malayo con una camiseta del doblete del Barça con Van Gaal en el 98 (ni yo sabía que esa camiseta existía... :S), pasamos una hora en un cyber-café para dar señales de vida a la familia.

Para acabar el día, subimos a la terraza de unos de los hoteles más altos de Sandakan, donde hay un bar/restaurante con vistas muy agradables sobre el pueblo. Cenamos, disfrutamos de la puesta de sol y luego viene Anton a buscarnos en su coche de vuelta al albergue.

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27th May 2011
Lechuza inquietante...

Is this what a lechuza looks like?
I always heard that Lechuzas are from Mexico? Remember, they are a specific kind of owl, if that is what they really are, because they might be another species??? I must admit to being a bit ignorant on them.

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