HIROSHIMA BAJO EL TIFÓN

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Si vas a viajar en líneas JR como era mi caso, con el fin de amortizar el JRP, hay que tener en cuenta que para largas distancias no basta con presentarte a la hora sin más. Hay que reservar. Menos mal que en el hostal me avisaron.
Hiroshima: Tras cambiar de opinión cientos de veces, sobre si debía ir o no. Finalmente decidí que no podía irme de Japón sin visitar esta célebre ciudad. Muchos me decían que estaba como una cabra por ir hasta allí para pasar el día y volver, pero yo no disponía de más tiempo. Mi amiga me esperaba en Tokyo, y la pobre había pedido días libres en el trabajo para estar conmigo.
Uno de los trabajadores del hostal me advirtió que para ese día se prevía un Tifón, pero aún así mis ánimos no desistieron.
Tomé el tren Hikari desde Kyoto que tarda alrededor de 2 horas. Cuando llegué a la estación de JR Hiroshima, cogí el tranvía dirección al Parque de la Memoria, pero al subir ví que había bastante bruma, así que invertí el orden de visitas y fuí primero a Miyajima antes de que empezara a llover. Es mejor visitar el museo mientras llueve, pero Miyajima perdería todo su encanto. Siendo así, continué hasta la parada de Miyajima-guchi, de todas formas creo que es la última parada.
Una vez allí me dirigí al ferry para la travesia hasta la isla. De nuevo los de JRP no pagamos en el ferry. Vaya suerte! (Ya se paga bien antes)
Conforme la bruma se fue disipando, se podía ver la imponente "torii gate" justo delante del santuario de Miyajima, al ser roja resalta mucho más. Todos los que ibamos en el ferry nos concentramos en la parte de estribor para la foto, teniendo como fondo la isla. Ahí fue donde conocí a Shihoko y su novio, un pareja de músicos con la que entablé una complicada conversación por la barrera del idioma, pero que resultó muy entrañable al fin. Ellos fueron quienes me explicaron el significado de las "papeletas de la fortuna" que venden en los templos. Si te toca buena fortuna, la guardas contigo y si es mala se ata haciendo un nudo, hay un sitio destinado a ello, pero en algunos templos, las mismas ramas de los árboles sirven para dejar tus papeletas bien atadas y que el viento se lleve los malos presagios.
Tras un agradable paseo con ellos, fuimos a comer ostras a la plancha y nos hicimos fotos con los ciervos. Fue entonces cuando empezó a llover y decidí regresar a Hiroshima.
Hay que decir que la palabra "Tifón" suena a desastre natural, pero no fue para tanto, al menos este.
Respecto al memorial park y el museo de paz, son de visita obligada, tan solo diré esto. Es muy duro visitar este museo, aún así una persona no se hace una idea del dolor y la tragedia tan grande que suposo el hecho de que una bomba destroce tu ciudad.

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