Fin de semana en Ocucaje

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Sábado 1/abr/2006

Para dar inicio a las celebraciones por mis 38 añitos, mi fuí a pasar el fin de semana con Mónica a la hacienda Ocucaje en Ica.
Llegamos como a las 3 de la tarde, después de 4 horas de viaje por la pista al sur que se pasaron relativamente rápido.
Después de almorzar unos pallares buenazos, con pisco sour de bienvenida incluido, dimos un pequeño paseo por la hacienda para tomar algunas fotos
Después descansamos un toque y nos preparamos para la cena. Un fraile al estilo gregoriano nos llevó hasta la bodega y nos instaló en una mesa larga.
El estilo gregoriano fué desapareciendo para convertirse en algo así com una peñita, el grupo empezó cantando música criolla, luego música negra y acabó con canciones de la nueva ola.
La comida y el vino estuvieron muy buenos, lo que no me gustó fué el hecho de compartir la mesa con otros huéspedes del hotel, había una tia a mi costado recontra metiche que quería meterse en mi conversación con Mónica a como de lugar, supongo que cuando le di la espalda entendió que no quería más compañía que la de Mónica.
La cena y el show acabaron cerca de las 11, a esa hora nos sentamos frente a nuestra habitación, cerca de la piscina y disfrutamos de un delicioso Champan que nos regaló Mariela.

Domingo 2/abr/2006

Nos levantamos después de las 8, tomamos desayuno al toque y nos vino a recoger Kin Kon (pintoresco personaje del lugar) para dar un paseo en tubular por las dunas del desierto.
Para manejar el tubular en las dunas hay que tirar harta caña, ya sé por que no los alquilan para que uno mismo se vaya manejando…
Algunos miles de años atras, el desierto de Ocucaje estuvo cubierto por el mar, nuestro piloto y guía también era un buscador de fósiles, nos mostró una ballena fosilisada en el desierto y unos enormes dientes de tiburón que él mismo había encontrado explorando el disierto.
Después de los fósiles subimos y bajamos las dunas como si estuvieramos en una montaña rusa… mucha adrenalina… y para cerrar tan extrema mañana, hicimos sandboard. En la primera bajada perdí mi celular, supongo que todavía debe estar enterrado en la arena.
La segunda duna era mucho mas alta, por un momento dudé, pero mi espiritu de aventura pudo mas y bajé a toda velocidad.
Después de eso volvimos a la hacienda, como teníamos tiempo antes del almuerzo decidí ir a visitar a mi tio Roberto, llegamos a su casa como a la 1, el calor estaba bravísimo, se imponían unas chelitas bien heladas, nos tomamos como una caja, Mónica manejo de regreso para evitar problemas.

De regreso en la Hacienda, me estaba muriendo de hambre (por estar cheleando no almorzamos), comimos unos sanguchazos que Mónica había llevado (no sé que haría sin ella) y esperamos unos minutos a que sirvan la comida. Nos compramos una botella de vino, Mónica quería tomar, pero yo tenía casi una caja de cerveza encima, así que sólo pude tomar un par de copas antes de irme a la cama y quedarme privado hasta el día siguiente.

Lunes 3/abr/2006

Nuestro último día fué tranqui tranqui. Después de tomar desayuno hicimos otra sesión de fotos por el hotel.
La piscina se veía muy provocativa, no nos pudimos resistir. Un chapuzón breve por que teníamos programado el tour por la bodega y la fábrica de vinos y psicos. Primero nos mostraron todo el proceso de elaboración, y al final nos llevaron a la bodega donde nos dieron a probar un par de vinos, lamentablemente después del paseo regresábamos a Lima, así que no pude disfrutar mucho de las muestras.
Después pasamos por la casa de mi tio para despedirnos y regresamos a Lima, las 4 horas de camino se me pasaron como si nada.

El álbum de fotos está aquí.

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