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Published: February 15th 2011
Hace un mes estábamos en Costa Rica, celebrando el envío de la MVG a Ecuador. Aún la saga tenía un capítulo más, ilusamente pensé que sólo me restaría escribir en Ecuador el famoso, THE END; más no fue así. Dios tenía Su plan, Su tiempo, y Su manera de hacerlo.
Después de depositar la mvg en el contenedor para ser enviado a Guayaquil, nos restaban cinco días, los que se supone serían los días de transito del barco. Así que teníamos cuatro días antes de volar a Quito y así ir al encuentro de la mvg, rápido y sin contratiempos. Era sólo una utopía, al parecer todos en Guayaquil lo sabían y nosotros éramos la excepción.
Unos ángeles llamados Marilú y Fulvio (mi mamá tica de Costa Rica) que Dios envió para nuestro cuidado, al enterarse de que pensábamos acampar en el aeropuerto por cuatro días nos ofrecieron estar en su hotel. Una bendición más que se suma la lista de éste viaje. Así, sólo fue necesario pasar una noche en el aeropuerto de San José, Costa Rica; baños limpios, seguridad, un techo; que más pudiera pedir, todo incluido en la comprar de nuestro boleto con destino a
Quito; claro, también incluía una escala de tan sólo nueve horas en Panamá; horas que fueron muy bien invertidas y nos permitieron visitar el famoso canal de Panamá en plena acción.
En caso de que vayas a tomar un vuelo de Costa Rica a Quito, presta atención a mi siguiente aviso: NO LLEGUES A QUITO CON LA MISMA ROPA PLAYERA QUE ESTABAS USANDO EN EL PARAÍSO DE COSTA RICA, MORIRÁS DE FRÍO TAN PRONTO LLEGUES A QUITO. En Quito, pasamos nuestra segunda noche en el aeropuerto, era ya pasada la media noche y la recomendación más sonada del viaje es, no manejar de noche, no tomar taxis de noche, no caminar de noche; así que decidimos esperar al amanecer para tomar el camión con rumbo a Guayaquil. A las 6:00 AM estábamos rumbo al puerto de Guayaquil. Nueve horas fueron suficientes para recobrar el sueño que no obtuvimos en el aeropuerto.
Al parecer no habíamos aprendido nuestra lección en Costa Rica, por muchas, muchas razones. La primera es, que nos dirigimos directamente al puerto para indagar la llegada del barco que transportaba nuestra preciada carga. Cuando en el puerto NO TENÍAMOS NADA QUE HACER, LAS OFICINAS NAVIERAS
NO ESTÁN EN EL PUERTO Y POR LO TANTO NO TENÍAMOS NADA QUE HACER ALLÍ. Lección que no aprendimos en Costa Rica, ya que en dos ocasiones tuvimos que manejar a San José para ir a las oficinas de la compañía naviera.
Una vez instalados en un pequeño hotelito, llamamos a la compañía naviera en Guayaquil, sólo para ser informados de lo que vendrá a ser la segunda razón de lo que NO aprendimos en Costa Rica. El barco no estaría en el puerto el 12 de Enero como creíamos, sino hasta el 28 de Enero. Viajamos nueve horas sólo para enterarnos de eso. El viaje tomaría un curso un poco distinto al planeado; viajaríamos en camión en lo que llegaba la mvg al puerto de Guayaquil.
Nuestro próximo destino era Quito, (ahora sin ropa de playa!) donde Dios tenía nuevamente preparado un ramillete de bendiciones y cuidados. Nos permitió conocer al Pastor Emiliano Donoso y su esposa Flor. Quienes, como la iglesia primitiva, se han reunido por lo últimos cuatro años en casa. Los agarramos justo en las preparaciones finales de mudarse a un nuevo local. No sólo nos mostraron donde será su próximo lugar para reunirse
sino también la mágica ciudad vieja de Quito y por si fuera poco también donde está erigido el monumento a la Latitud 0°- 0’- 0’’ LA MITAD DEL MUNDO. Gracias Emiliano y Flor por sus tremendas atenciones hacía nosotros. Gracias a ellos pudimos encontrar un lugar para hospedarnos por la siguiente semana.
Jireh, es el hostal donde nos hospedamos por la siguiente semana. Mónica y César Borja, han hecho un trabajo genial al montar éste hostal para equipos misioneros, misioneros, pre-misioneros (como los Kunkels) y algunos pacientes que se encuentran en tratamientos alternativos para el cáncer. NOTA IMPORTANTE: para posibles-futuros equipos misioneros en Quito; hostal Jireh está completamente equipado para recibir hasta 70 personas. Nuestra estancia con ellos fue todo un refrigerio; y un gozo el poder compartir la esperanza que hay en nuestro Dios con tres pacientes que atraviesan la lucha intensa contra el cáncer, Pauline, Frank y Larry; ellos fueron nuestros vecinos por toda una semana.
Nunca sabré responder la famosa pregunta de los diez mil: ¿Por que Dios te tiene en ese lugar? No lo sé, mi labor es la misma aquí o allá o en el más allá, dar gloria a Dios en lo
que haga y diga, si es animar, animar; si es aconsejar, aconsejar; si es llorar con alguién, llorar con alguién será; si es presentar las magnificas buenas nuevas, eso será. Por lo que nunca sabré el propósito especifico del porque estuvimos allá por ese tiempo. Sólo que, sí pudimos robar algunas sonrisas y dar ánimo y hablar de las Buenas Nuevas con Pauline, Frank y Larry en ésta dura travesía en su lucha contra el cáncer, con eso me doy por respuesta, si de paso pudimos animar a uno que otro, a Dios sea la gloria por eso.
Tal vez tenga que decirlo públicamente de una vez por todas, firmemente he sido cautivada por la idea de muchos otros hijos de Dios (Jonathan Edwards, John Piper, y otros) que nuestra tarea como hijos de Dios es, glorificarlo y gozarnos en El eternamente. Isaías 43:7, 1 Corintios 10:31. No el estar buscando una voluntad especifica a cada día, tal vez la haya, no me mal entiendan, sino que no hemos sido llamados a buscarla, sino a vivir bajo La sombra del Altísimo en Su voluntad ya especificada en Su Palabra. Y no a poner la carga sobre nosotros para encontrar
el motivo o razón del porque Dios nos tiene aquí o allá. Él es Dios y el sabrá el porque. Si tiene a bien hacérnoslo saber de manera clara, bien, sino también, allá Él.
Nuestra estancia en Quito tuvo de todo un poco, amenas charlas, buenas caminatas, y amistades que segura estoy volveré a ver algún día, si no es en ésta vida, la eternidad será el lugar donde vuelva a ver esos rostros, para ahora en vez de hablar de Aquel que nos redimió, para estar en completa y perfecta adoración delante de El.
……………
De Quito nos dirigimos a Shell, nuestra próxima parada.
Casa De Fe, es el orfanato que nuestra iglesia en Dallas (New St. Peter's) ha estado apoyando los dos últimos veranos, tanto en campos de verano con los niños, como en la construcción de las nuevas instalaciones. Aunque breve nuestra estancia en Casa De Fe, pudimos apreciar la hermosa labor que se lleva a cabo en la vida de esos pequeñitos ( y los no tan pequeñitos, también!) los cuales en muchos de los casos fueron abandonados por sus padres por contar con ‘capacidades especiales’.
Inspirado en Patii Sue, la fundadora de Casa de Fe.
Una vida llora,
Una vida se goza.
Alguién sufre sin saber,
Los otros cantan por el placer,
De dar, de amar, de una
Sonrisa en ellos dibujar,
Sus lagrimas poder secar,
Y una esperanza de vida
poderles dar.
Puedes visitar su página en:
www.lacasadefe.org
Plazas para el cuidado en general y la enseñanza están abiertas la mayor parte del tiempo para voluntarios, así que si te interesa el invertir un tiempo y tu corazón en este lugar, déjamelo saber y así ponerte en contacto con ellos.
También visitamos el hospital Vozandes, donde Kim trabaja en el área de pediatría y Paul en el área de anestesiología. Este hospital se conforma en su gran mayoría por misioneros.
Kim y Paul Barton y sus cuatro pequeños, (Nathan, Samuel, Josiah e Isaac) son miembros de nuestra amada iglesia en Dallas, y ellos se encuentran como misioneros de tiempo completo en éste pequeño pueblo llamado Shell.
Entre juegos con los pequeños y charlas con los adultos, pudimos saborear un poco de su vida como misioneros en un lugar lejos de casa, (auque la
definición de ‘casa’ ha sufrido una pequeña variación para mí en los últimos meses, y cualquier rincón donde esté con mi gringuito, eso es casa para mí.) No puedo negar que también me vi a futuro en el campo misionero con los retoños. No como pediatra oficial, pero al cuidado de ellos, y mi esposo, no como anestesiólogo, pero de igual manera llevándolos a dormir! (Se dan cuenta que hablo en plural? Quizá deba re-editar éste blog. Mucha proyección de mi parte.)
Shell es el mismo pueblo que sirvió de base para el alcance del pueblo huaorani en el año 1956 por medio de los misioneros Jim Elliot, Nate Saint, Peter Fleming, Roger Youderian y Ed McCully. Aunque no nos fue posible entrar a la casa de Nate Saint, fue posible contemplar mucho de su interior. Se encuentra en proceso de restauración con fines de llegar a realizar un museo abierto al público en un futuro no muy lejano.
Definitivamente fue bastante emotivo estar en ese lugar, el simple hecho de remontarse en tiempo e historia hacía que me recorrieran escalofríos, al estar en el mismo lugar donde hijos de Dios no estimaron sus vidas, sino que
las dieron por causa de Aquel que es poderoso para levantarlos de entre los muertos, en El Cual ellos creían, vivían, esperaban y morían.
…………
Nueve horas nos esperaban para llevarnos de regreso a Guayaquil, a lo que esperábamos sería la pronta recuperación de nuestra mvg.
Quisiera ser breve, sólo por el hecho de no volver a revivir tal suceso. Creo que puedo considerarlo un resumen de fracaso desde ahorita, pero en fin, ahora que ha pasado, creo que mis fuerzas han regresado, así mismo puedo enfrentar cualquier fantasma del pasado, fantasma que llamaré, Guayaduana. (indúlgeme ésta broma por favor!)
Regresamos al puerto de Guayaquil el día 27 de Enero, un día antes de que el barco llegara, esto con la idea de aventajar con algunos trámites. Hicimos lo único que se podía hacer, y esto fue hacer el pago final a la compañía naviera. Viernes llegó y el fin de semana no nos ayudó para nada. El lunes a primera hora estábamos en la oficina que haría el trámite para sacar la mvg del puerto. Llegado el barco, el contenedor fue trasladado a un almacén fiscal, donde debíamos sacarlo,
y ya no del puerto como creíamos. Eugenia y Marlene fueron quienes muy amablemente nos atendieron y nos avisaron que el trámite sería entregado al almacén el día martes, y en un lapso de dos días tendríamos que ir a realizar un pago en garantía del contenedor a la compañía naviera. Ginger Rodríguez, fue quien nos atendió como parte de la compañía naviera, un rostro más que seguramente volveré a ver algún día en presencia Del que nos redimió.
Miércoles, llegó y también se fue sin ninguna noticia; jueves, decidimos llamar y con la noticia de que no había ninguna noticia para nuestro caso; viernes, recibimos la noticia (que en realidad era mala noticia) que hasta el lunes se haría la inspección del contenedor para así poder proseguir con la consolidación (cosa que aún no me queda claro que es, pero ahora es sinónimo de un tramite muy tardado y costoso!).
En nuestro mundo guajiro, pensamos que se abría el contendor, se hacía la inspección, lo desamarrábamos, nos subíamos y nos íbamos. Nuevamente, sólo era una utopía.
El lunes, sólo esperábamos que timbrara el teléfono y así dirigirnos inmediatamente a la oficina, para después ir al puerto,
recoger al Sr. Eduardo, (quien se encargaría de hacer todo el papeleo en el almacén). Una vez en el almacén, la fiesta comenzó. Se requería un oficial de aduana para hacer la inspección del contenedor. Una vez llegado el inspector, ahora nos informan que uno de nosotros dos tenía que estar presente en la inspección. Thomas no podía ser, ya que sus sandalias ‘crocs’ no eran apropiadas para entrar al almacén, así que la elegida fui yo. El próximo paso era conseguir un permiso para mi y así poder entrar al almacén, para eso se requería una carta de quien sabe quién y firmada por quien sabe que tantos. Unos cuantos dólares podrían arreglar la situación. OK, era eso o conseguir la carta, y quien sabe cuando la obtendríamos, así que optamos por la primera opción. Una vez adentro se realizó la inspección, todo bien, todo en su lugar, no hay drogas y no hay nada ilegal. En este momento fue cuando pensé que unas horas más tarde sacaríamos el contenedor. Que equivocada estaba.
Una vez firmado el registro de que la inspección fue realizada, ahora seguía llevarla a la aduana en el puerto para obtener el permiso para
transitar en territorio ecuatoriano. Nuevamente se requería otro permiso para poder entrar a sus instalaciones. Copias aquí, copias allá, espera aquí y ve allá. Finalmente estaba ya frente al agente de aduana quien otorgaría el permiso de transito y ratificaría todos los datos del vehículo. Una provisión más de parte de Dios, el Sr. José se uniría a los rostros que volveré a ver, un hijo de Dios, que además de hablar de papeles, datos generales de la mvg, pudimos conversar de la fidelidad de Dios. En definitiva, Dios tiene a Su pueblo en TODOS lados.
Ya todo estaba listo para ser firmado, cuando se percata que no soy yo la propietaria del vehiculo sino mi esposo. Rayos, ahora Thomas tiene que venir a firmar. Hacer que Thomas llegue a la oficina requiere el que tenga un permiso de entrada, y con eso todo el mismo procedimiento que tuve que hacer. Una vez firmado el permiso por mi esposo, ya estábamos listos, ahora sólo faltaría ir nuevamente al almacén. Cosa que tendría que hacer hasta el siguiente día, y que pensamos sólo sería cuestión de un par de horas. Nuevamente me equivoqué.
Martes. A primera hora estábamos en la
compañía naviera para solicitar un descuento en el pago del almacén (ya que el almacén tenía un costo por día y no lo sabíamos de haberlo sabido desde el primer día hubiera ocasionado un estrés mayor). Ginger como siempre hizo lo que pudo, en éste caso, consistía en escuchar, ya que el descuento debía ser otorgado por el almacén y no por la compañía naviera.
10:00 AM nos encontrábamos en el almacén para pedir un descuento (Grrr nadie les pidió que lo llevaran allá, si, ya sé, es el proceso que se tiene que hacer, pero, ¿por qué no sólo podíamos estar presentes a la hora que el barco llegara y así desembarcaran nuestro contenedor y allí mismo nos llevábamos el carro? Una palabra: BUROCRACIA. Lo siento, creo que el volver a revivir el drama revivió la frustración también!)
Servicio al cliente nos escucho, y nos dijo muy amablemente que podíamos enviar una carta y así ella podría enviar la petición de descuento con las razones de la misma y así podríamos obtener un descuento del 5%. Eso implicaba no un gran descuento, y claro, la perdida de otro día. Optamos por pagar la suma total. Una vez
estando en la ventanilla de factura, el Sr. Eduardo nos informa que el sistema del almacén no acepta nuestros pasaportes, ya que cuentan con 11 dígitos y en su sistema sólo tiene 10 casilleros para diez dígitos. Ja, ja, pensé que se trataba de una broma. Tuvimos que esperar a que alguien de sistemas llegara y agregara un casillero más.
Por fin, ya estaba todo listo, para que saliera el contenedor, lo cual implicaba que tendríamos que contratar un camión para transportar el mismo a otro lugar donde bajarían el contenedor y así finalmente sacar el carro.
12:00 PM. El Sr. Eduardo se despide de nosotros, diciéndonos que sólo restaba esperar a que el camión entrara al almacén, y sacara el contenedor. Claro, no podía ser tan sencillo como lo estoy escribiendo, ni tan sencillo como fue escucharlo. Pensamos que sería cuestión de una hora. Me vuelvo a equivocar.
3:00 PM. Nuestro camión ya se encontraba en la fila ya para salir del almacén. (¿Mencioné que se metió a la fila y así se le metió como a veinte camiones que estaban delante de él? Pues si, eso fue lo que nos salvó de unas horas más
de espera.)
3:30 PM. El camión es el próximo en salir, está en el paso final: La báscula. Una barra de retención es lo único que nos separa del contenedor. Yo, por mi parte, hago mi brinco oficial de felicidad, corro frente al camión a tomar unas fotos. Creo que comencé a celebrar muy pronto. El camión no sale y de repente lo vemos retroceder. Shock. No, lo podía creer, pero si, era real y estaba pasando. El chofer del camión hace algunas llamadas y después viene a informarnos que no puede salir el camión por falta de una firma del inspector.
4:30 PM. El inspector llega, firma y el camión sale.
5:00 PM. ¿Mencioné que no habíamos comido nada? OK, vamos en camino al lugar donde bajaran el contenedor y por fin llevarnos la mvg a casa, no, mejor dicho, por fin nosotros estar en casa!
Llegamos al lugar donde bajarían el contenedor con una de esas máquinas gigantes, lo pondrían en el piso y listo. Total equivocación.
Éste lugar en realidad no era el ‘oficial’ para hacer esto. Claro, estaba justo a un lado de donde tenían esa máquina gigante, aquí era donde bajaban
los contenedores en plena calle, y por medio de dos maquinas individuales. (Lo siento, no sé el nombre, pero ya lo verás en la foto). Ya estábamos en ese lugar, no sabíamos que sería así, sólo fuimos ya que ese fue el lugar recomendado. El momento de la bajada del contenedor fue único y terrífico; fue donde el pensamiento se detuvo con la idea de que después de todo esto, aquí terminarían tirando el contenedor por el hecho de no haber sido llevados al lugar oficial o mejor dicho, profesional. Claro, el precio fue la mitad de lo que el otro hubiera sido. Gracias a Dios, la idea terrífica que me paralizó por unos minutos desapareció después que vi el contenedor en el piso.
5:30 PM. Los Kunkels están en su hogar nuevamente.
THE END
Por el hecho de querer terminar con un mejor sabor de boca, me guardé lo mejor para el final. La parte que no nos podrá ser quitada jamás!
En nuestra estancia en Guayaquil visitamos también al misionero Jim y su esposa Caty Tate. Misioneros por parte de MTW y ya con más de diez años en Guayaquil. En medio
de éste drama, pudimos ser refrescados y animados con la predicación de La Palabra. Gracias Jim y Caty por todas sus atenciones hacìa nosotros. Por compartir su visión por Guayaquil, y hasta por la consulta migratoria!
Así mismo visitamos la Fundación Lluvia de Gracia, fundada y dirigida por Caty Tate. El llamado de Caty es hermoso, y va dirigido a la gran necesidad de levantarse a favor de la vida y en contra del aborto. Dicha fundación provee talleres, consejería, apoyo en la restauración post-aborto entre otros. Si te encuentras en Guayaquil y estás interesada en colaborar como voluntaria o tienes alguna duda al respecto, ponte en contacto con ella. www.embarazoyaborto.info
Los días en espera tuvieron su drama y su gozo, y toda nuestra estancia en el hotel Jira también. Esta fue la parte que sostuvo todo el drama en la espera por la mvg.
Pasábamos tiempo compartiendo con Flor (recepcionista del hotel) Las Buenas Nuevas y el porque no nos avergonzamos del Evangelio (porque es poder de Dios!). Las últimas palabras de ella fueron éstas: ‘No había entendido nada a los evangelistas que venían, pero a ustedes si les entendí’ Gloria a Dios por eso, al
igual que por Isabel (prima de Flor) y Antonio, con quien pudimos abrir La Palabra de Dios y buscar Su consejo por medio de Ella. Sí estás platicas con Flor resultarán en su salvación, con gusto volvería a pasar el drama de la misión-van-go!
!!!Y ahora, de Guayaquil a Perú!!!
Dios ha sido fiel, y en todo nos ha ayudado. Gracias por acompañarnos en ésta búsqueda de aquel lugar que Dios ya tuvo en mente para nosotros.
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Brian Marsh
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Enjoyed your story!
Hey Sandra! I really enjoyed reading your story of your time in Ecuador and seeing some of the pictures. However, my espanol isn't quite up to reading your Spanish so I used Google Translate (available in the Google Toolbar) to translate the page. It appears that some things just don't translate right: http://screencast.com/t/NjN7RXrPwhKB I sooooo wish you would have been able to visit Cuenca, the crown jewel of Ecuador. But I understand things don't always go as planned. I can't wait to hear about Peru. We planned on going there and I had investigated it for our plans but they changed as well. Will you be able to visit Cuenca and or Columbia on your way back? Blessings, Brian.