Melbourne

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Llegue al aeropuerto de Tasmania bastante pronto ya que el avión salí por la tarde noche, así que facturamos pasamos seguridad y después de 1 hora de retraso nos dijeron que cancelaban el vuelo... así que cuando llegue a poder hablar con ellos me dijeron que no tenían otro vuelo a Melbourne hasta dentro de días

Menos mal que me había reservado 3 días para ver Melbourne, porque o si no también habría perdido el otro avión que tenia ya comprado. El caso es que me llevaron esas 2 noches a un hotel super chulo en el medio de ningún sitio con internet, películas 24 horas, una cama enorme todo lo que verdaderamente me apetecía hacer... NADA, y encima gratis.

Después de tener un día y 2 noches de descanso, que al final aproveche para organizar y buscar hostales para las siguientes paradas. A parte de verme varias películas

Al final llegue a Melbourne, y llegue por la noche a mi hostal y ahí me estaba esperando Sandra, coincidíamos solo un día Fuimos a cenar cosa que no era muy fácil porque una vez mas la ciudad estaba vacía, no había nadie era como una ciudad fantasma, pero al final encontramos un bar donde nos pudimos tomar un par de cerves.

Al día siguiente quedamos pronto por la mañana y nos recorrimos la ciudad andando, es una ciudad bastante pequeña, el “casco antiguo” por llamarlo de alguna manera te lo andas en una hora escasa. Esta muy bien porque tiene para el turismo un tranvía que es gratis y te recorres la ciudad y te lo van explicando. Después de recorrernos la ciudad un par de veces decidimos comer e irnos al jardín botánico. Atravesando antes todos los diferente y originales puentees que te vas encontrando por la ciudad.

Nos metimos una paliza porque el jardín botánico es inmenso y bastante impresionante. Tuvimos muchísima suerte del tiempo que nos hizo durante todo el día Un sol impresionante.

Cuando ya comenzó a atardecer cogimos un tranvía que nos llevaba a St Kilda, que según Sandra se podían ver pingüinos en su entorno natural.

Era una playa bastante grande con un puerto en el que justo al final había un puerto con piedras entre las que se escondían y descansaban los pingüinos

Vimos el atardecer pocos de los que puedes encontrar sin nubes y cayendo totalmente al mar, y entonces si que nos congelamos de frió, comenzó a hacer muchísimo frió pero ahí nos quedamos como campeones y con un cachondeo porque no estábamos seguros de que de ahí iban a salir por voluntad propia los pingüinos

El congelarnos mereció la pena terminamos viéndolos perfectamente y es una pasada en su hábitat natural.

Nos fuimos por fin sin sentir las manos ni los pies y terminamos en un bar muy divertido que para ser lunes se lleno bastante, como no podíamos quedarnos nos tuvimos que ir pronto ya que al día siguiente teníamos que dejar el hotel pronto.

Pero pasando con el tranvía por el casino, nos bajamos corriendo para poder verlo como ultima visita del día Entendimos porque no había absolutamente nadie por la calle,. Estaba todo el mundo en el casino. De lo inmenso que es el casino de Melbourne que se puede comprar con los casinos de Las Vegas, increíble.

Ahí si que nos despedimos Sandra y yo, ella iba al centro de Australia y yo volvía a Sydney.

"Split or die"

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