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Published: August 13th 2008
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¡Oh San Diego! Bello reencuentro…este calor es lo que a mi me gusta (pero sólo para un rato), la injusticia del ser humano de desear siempre lo que no tiene…(nota al pie: hacérmelo ver por Marta).
Son las 8 de la mañana, pero mi cuerpo está acelerado como si me hubiera bebido tres litros de café…ayer por fin mi sueño se hizo realidad y tuve entre mis manos esa maravillosa hamburguesa de Wendy´s, un gran problema cuando persigues un sueño durante tanto tiempo es que al final todos es una quimera de pensamientos idealistas que sólo existen en tu cabeza, y como no, eso es lo que ocurrió con Wendy´s, han cambiado sus hamburguesas, ya no saben como antes, ya no tienen el combo doble con bacon y queso….¡son una auténtica basura ¡ ¿La parte positiva? También han cambiado sus patatas, y éstas son ahora más “comestibles”…ummmm…me pregunto si soy capaz de hacer recuento de todas las hamburguesas que me he comido en este tiempo…sólo he ido una mísera vez al McDonalds (¿para qué probar lo que ya tengo en casa?).
Creo que con las hamburguesas, como con muchas otras cosas, tengo una extraña relación amor-odio, después de comérmelas, las odio, pero antes, ando haciendo la búsqueda del bocado perfecto, lo suficientemente jugoso sin estar deshecho, y lo suficientemente compacta y crujiente sin estar seca y aburrida…es difícil el mundo de la hamburguesa, aunque a simple vista parezca un juego de niños, la tarea de la elección de los ingredientes perfectos ha de ser armoniosa, todo en las cantidades exactas y cuando por fin la tienes entre tus manos y das ese primer bocado, sabes que esa experiencia cambiará tu vida por completo, nunca volverás a pasar por otro bocado exactamente igual que ese, y tu paladar hamburguesero quedará sesgado de por vida, convirtiéndose en un auténtico sumiller de hamburguesas cada vez más exigente…
La vida es dura cuando te dan “gato por liebre”, ten cuidado con las cantidades de mostaza y ketchup, porque un fallo puede ser letal y matar a tu hamburguesa dejándola inservible…hay que seguir siempre un ritmo acompasado, bocado de hamburguesa y unas cuentas patatas a la boca, ellas son la compañía, son necesarias pero no esenciales, solo complementan una existencia más feliz..a nadie se le ocurrirá nunca pedir solo la hamburguesa, si ésta no va acompañada de patatas y bebida sería como dormir sin cerrar los ojos…(¿¿?¿?¿)
A veces los ecos en tu cabeza te repiten: “si la carne fuera la suficientemente buena, sería un filete y no una hamburguesa” pero tu haces lo posible por tapar los conductos por los que entran tales sonidos haciendo oídos sordos…¡no! dejame en paz, la carne picada es buena, no tiene porque ser basura…!!!
La primera hamburguesa es como una primera toma de contacto con algo desconocido...no sabes muy bien como sujetarla y por donde empezar pero una vez que comienzas a mordisquearla te das cuenta de que tu vida ha sido un fracaso hasta ahora, y quieres más, cada vez querrás más, y llegará el día en que asistas a reuniones de H.A. (Hamburgueseros Anónimos), gente adicta a las hamburguesas, gente que no es capaz de afrontar el día sin al menos una hamburguesa en su estómago y te preguntarás si realmente quieres acabar como ellos…Pues la respuesta es: sí, ¿y por qué no? Al menos tendría siempre un objetivo claro durante el día, lucharía por lo que quiero…y un largo etcétera…
¿Tendré una existencia más feliz si me como esta hamburguesa? ¿Me llevará a algún sitio? ¿Me abandonará alguna vez? ¿Si no me gusta, podré comerme otras cosas?
Sí, claro, están los hot gogs, las pizzas, el sushi y la comida china, ¿pero acaso hay algo más reconfortante que una hamburguesa recién hecha? Y la respuesta es: no, no lo hay, así que amigos comed hamburguesas, porque la hamburguesa no es solo el símbolo de la obesidad y de las grandes naciones, es símbolo de la libertad, del petróleo, de las guerras, de los de aquí y de los de allí, las hamburguesas unen a la gente, ¿quien no ha visto mendigos en McDonalds haciendo cola junto a ejecutivos y ricachones de Malibú? Oh si señor, las hamburguesas no entienden de clases ni estratos sociales, no discriminan por el color de piel, la raza o el idioma, ellas aceptan a todo el mundo tal y como es y les dejan que los devoren como si ese fuese su último día en la tierra.
¡Amiguitos, si quereís crecer a lo largo y a lo ancho, comed hamburguesas y firmad la paz! No hay caminos para la paz, la hamburguesa es el camino!
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