Manejando a Atlanta

---

Partimos de la casa de Pia a las 10 de la mañana después de las típicos acuerdos para hacer algo juntos la próxima vez que nos veamos, supuestamente en Lima en julio 2006.

Mapa en mano agarramos la Turnpike, luego la 95 y finalmente la 85 para llegar a Atlanta 8 horas después. En el camino quedé impresionado al ver que la rueda de un camión (que usaba como 20) se salió y se fué rodando hasta el carril en sentido contrario y le cayó sobre el parabrisas a un auto que no tenía nada que ver en la escena. Me sentí totalmente vulnerable (algo muy raro en mi), agudicé mis sentidos, me concentré aún más en la pista y traté de alejarme de cualquier camión a la vista. El camión? ni cuenta se dió, siguió si ruta como si nada. Ya por llegar a Atlanta empezó a llover cual ducha. El agua que salpicaba de los otros carros y la lluvia que caía no me dajaban ver absolutamente nada, yo tenía que estar atento a las indicaciones en la pista y también debía mantener la velocidad, muy estresante. A las 6 de la tarde llegamos a la casa de Martín, mi amigo más antiguo. No fué el saludo efusivo que había imaginado, como que los dos nos analizamos mutuamente para ver si seguíamos siendo los mismos después de todo el tiempo que no nos habiamos visto (como cinco años). Nos presentó a Leono (su gato) y luego apareció Diego, a quien conociá desde Lima pero no recordaba. Después de instalarnos tomamos los primeros tragos y empezamos a hablar, reir y bacilarnos como siempre, los amigos del colegio se habían vueltn a encontrar después de varios años.

Martín estaba contento por mi visita, Diego (que si bien lo concía desde Lima nunca paramos juntos) parecía estar augusto con la conversación, Mónica estaba muy cómoda escuchando, comentando y riendo de nuestras historias allá por los años 80, (algunas que ni yo mismo recordaba) y yo una vez más me felicité por los amigos que tengo.

Continúa al día siguiente

---

Photos

Leono
Gato de Martin, al igual que a mi no le gustan los niños.