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Published: August 12th 2007
Australia sigue siendo territorio civilizado, por lo menos de momento, en lo que hemos podido ver en nuestro recorrido desde Sydney hacia el sur, asi que seguimos sin gran aventura ni sobresaltos. Hemos ido por tanto hacia el frio, que al final no ha sido para tanto, y sobre todo hemos querido huir de las zonas mas turisticas, y nos hemos perdido por pueblos costeros, zonas de vinhedos (en lo que llaman el otro "centro rojo" del pais, en referencia al Uluru), y parques naturales. Nos llevamos la impresion de que en esta zona la naturaleza no es tan espectacular como lo que hemos visto en NZ, pero, a pesar de noches de insomnio, hemos disfrutado de un entorno agradable y nos hemos acercado al dia a dia de una cultura distinta, con gente amabilisima y divertida. Hemos retrasado los relojes dos horas y luego media hora mas en South Australia, asi que poco a poco nos vamos acercando a Europa.
Sydney nos ha enamorado como ciudad, necesitabamos un poco de vidilla downtown, de movimiento, gente, tiendas, restaurantes, teatros, vamos, que no nos importaria quedarnos por aqui un tiempecito. De hecho igual acabamos en Sydney algunas semanitas al final de
Oro y cristal
Ninety mile beachnuestro periplo por Australia para un English Business Course del Jefe, a ver si encontramos al profesor Maurer.
Nos instalamos en el Hotel Wynward, un pub que, como muchos, tiene habitaciones en la planta de arriba, a modo de casa british, con un monton de encanto, con una cocina niquelada a compartir con otras tres habitaciones, y una terraza con vistas a Clarence Street. Estamos en Circular Quai, una de las zonas mas agradables de la ciudad, no muy lejos del Harbour y del Opera House.
Hemos intentado huir de Kings Cross, la zona de backpackers, que ya hemos visto unos cuantos en Fiji, y realmente hay opciones en el mismo nivel de precios, mucho mas recogiditas y con mas encanto.
Tenemos dos meses para recorrer Australia, y nos planteabamos comprar un coche y revenderlo antes de salir del pais, pero, cuando llegamos al Car Market, se nos quitan las ganas al ver a todos los backpackers, brits, alemanes, checos y franceses, viviendo en un garaje desde hace dias sin poder salir del pais porque no hay un alma que les compre el coche. Y como para muchos es la forma de financiacion de parte de su
Puesta de sol en Robe
Para Inhaki G.Erguin. Nosotros casi volamos viaje (pretenden sacar dinero con la venta), pues ponen unos precios desorbitados. Asi que decidimos que os lo quedais todito, y estamos encantados con el alquiler de nuestro Toyotita Yaris con un pedazo oferton, claro que en Hertz no saben que pretendemos cruzar el desierto y hacer 20000 km en un mes, que si no nos lo confiscan seguro.
El Sydney Opera House iluminado por la noche es magnifico de ver, con el Harbour Bridge (que se puede escalar tambien) en frente, y el Overseas Passenger Terminal, que es una estacion das docas de Belem do Para, pero hecho con mucho mas gusto. Por la noche, gran parte de la ciudad se concentra en esa zona llena de terrazas y restaurantes. De dia, el edificio decepciona algo mas, porque esta alicatado hasta el techo, como las casas portuguesas, y la ceramica ennegrecida desemerece un espectacular disenho de los anhos 50. Quizas no ha sido la mejor eleccion de material, y por ejemplo en titanio, si, si, como el Guggy, habria sido espectacular (ya estamos con las referencias del pueblo, pesada).
Conocemos la Opera House por dentro como espectadores de una obra de teatro en una de las cinco
Derecha en Jan Juc
Paloma, no los encuentro, hija salas del edificio. Holding the Man es un buen montaje, dinamico, divertido, y a la vez una historia de amor triste en la Australia de los 70s. Una buena idea basada en un libro de un autor australiano, que bien podria llevarse a las tablas a Espanha con exito asegurado. Lo esta siendo en este pais. Y es que la escuela de teatro Nadi de Sydney hace unos actors con mucho nivel.
En Sydney estan tambien dos de los considerados mejores restaurantes del mundo, y hemos querido probar, de momento, uno de ellos. Con el otro, el Tetsuya, lo intentaremos a la vuelta, aunque esta complicado el tema de reservas. En cualquier caso, nada tan complicado como el Bulli, que siempre les gana a los dos en el Ranking como mejor restaurante del mundo.
La verdad es que el Rockpool es un buen referente, menu degustacion de cocina elaborada con muy buen gusto, y degustacion tambien de matching wines entre los que nos incluyen un Albarinho. Un Somelier bien preparado que nos cuenta lo que parece una poesia con cada vino que nos hace degustar y nos explica que gran parte de los vinos de Australia y Nueva
Paleta de playa
Gulf St Vincent Zelanda no tienen corcho sino tapon de rosca (y entre ellos excelentes vinos), dice que por culpa de los portugueses, que les venden el peor corcho a ellos, y que por tanto se estropea entre un 15 y un 20 por ciento del vino. Nos quedamos con una bodega, Balnaves de Connawarra (nombre que ha dado para cierto cachondeito) para visitarla en nuestro camino hacia Adelaide. Y como siempre, al Rockpool hemos entrado de churro, porque nos pegaron repaso al vestuario y calzado, y claro, ibamos ensenhando las pezunhas con las chancletas y el atuendo nuestro era, por decir algo, bastante alternativo para el lugar.
Contactamos con Sylvie, que dejo el Colegio Americano y se marcho de Bilbao hara unos diez anhos y ya se ha convertido en una aussie cien por cien, con muchas ganas de verte por cierto, (pero eso sera dentro de un mes cuando bajemos la costa este). Sylvie nos da el contacto de Rob, un buen amigo suyo de Sydney, que se ofrece a ensenharnos parte de la ciudad.
Rob se ha dedicado al tema del turismo en otros tiempos, conoce bien el outback y la costa, y nos da buenas pistas de
Soledad? en las dunas
Coorong National Park cosas para hacer en nuestro viaje. Nos lleva a Manly, la playa de los Sydneysiders normalmente plagada de surferos (hoy el mar esta plato), comeremos con el y con unas buenas vistas a la bahia, e iremos a su casa a resolver el mundo, en un tranquilo barrio residencial del norte de Sydney, la zona chic que uno se encuentra al cruzar el Harbour Bridge (que ruido!). Thanks Rob for all your help, we' ll see you again when we get back to Sydney.
Y ya motorizados, nos vamos hacia el sur, e iremos recabando informacion de cada sitio en los Visitors Centers, que son casi tan espectaculares como los de NZ, y tienen tambien la iniciativa de tener como personal de atencion al publico a jubilados en un programa de voluntariado. Y es muy gracioso, la mayoria son tremendamente voluntariosos y amables, ahora, algunos estan ya chocholitos y hacen de todo menos ayudar. Una buena iniciativa en cualquier caso.
Nuestro primer destino, Camberra, capital de Australia, a tres horas de Sydney. Camberra es una ciudad construida en el siglo XX con el proposito de crear una capital para el pais, algo asi como el Brasilia de Brasil.
Y esta ola, de donde viene?
Las cosas que tiene el fetch Hay movimiento en la ciudad, y la gente le da cierta personalidad al entorno, pero la arquitectura en si es mas que insipida. Nos refugiamos en el Mezzalira en el Melbourne Building, lleno de restaurantes con muy buena ambiente.
De camino a Melbourne, nuestro siguiente destino, nos desviamos por la Great Alpine Road para pegarle un tiento a las montanhas de este pais y tener una idea de las estaciones de esqui de la zona, a las que queremos volver en el mes de Julio, cuando caiga el invierno. Bryght es un buen centro para miles de pateos en la zona, con coloridos arboles acabando ya el otonho. Pensamos en quedarnos en algun pueblo de la zona, pero estan todos desiertos, y luego descubriremos que todos, ninhos y mayores, se han ido a dar animos a su equipo en el partido de Futbol Australiano.
Aterrizamos en el partido de casualidad, y alli estan todos, entre pickup trucks, gorras de beisbol, barbas de anhos, cervezas, gritos salvajes dentro y fuera del campo, y lo mas impresionante dentro de el, esas tortas, empujones, codazos, en un juego en el que todo vale, mucho mas agresivo que el rugby. Que bestias,
Sydney Opera House
De noche, teatro, opera, ballet y buen ambiente que miedo. Entre estos y los inmensos aborigenes que nos encontramos por el camino, nos damos cuenta que Rob tenia razon, que estos tipos impresionan, son e-nor-mes, wait to get to the real Outback...
Llegamos a Sale, un pueblo perdido en mitad de la nada, que se sale el pueblo... Gente muy “local”, ellas todas enormes by the way, pero es sabado noche y todas se han puesto sus mejores galas para cenar. Despues de un baile en el club de jubilados, volvemos a dormir en uno de esos pubs con habitaciones arriba. Y es que antes fuimos a un sitio que decia Hotel pero que es realmente un bar y nos insisten en que no trabajan el tema habitaciones. El mundo al reves.
Rulito por Ninety Mile Beach con surferos, que son los unicos que se atreven a entrar en el agua. Visitamos tambien el Parque Nacional de Wilson s Promontory, que esta en la punta sur en una peninsula. En este parque avistamos nuestro primer canguro, aunque de costadillo y por poco tiempo. Esperamos que haya mejores encuentros de esos. Alli paseamos por Squeaky Beach hasta Tidal River, y por Pilly Lilly Gully para ver un
Iluminando la ola
Imposible recogerlo entero pero estaba bosque inundado. En cuanto a bosques, nos fascinaron mucho mas los inundados del Amazonas, pero ninguno de estos bushwalks tiene la magia de esos bosques de cuento de NZ.
Y en la entrada a Melbourne, nos familiarizamos con el funcionamiento de los peajes en este pais, curioso, no hay garita con un tipo que cobre como en todas partes del mundo, sino que te bombardean a senhales de que "ya puedes haber pagado", pero no hay donde pagar. Esperan que llames a un telefono en un plazo de 24 horas y des tus datos de tarjeta de credito. Peculiar.
Melbourne es la capital artisitica de Australia, con mucho ambiente en la calle de tiendas, galerias de arte, restaurantes y conciertos en vivo. Nos instalamos en Fitz Roy, que es el barrio de ambientillo y esta practicamente pegado al centro. La Nunnery (osease el noviciado, para estar como en casa) es un sitio acogedor para descansar (por llamarlo de alguna manera) por la noche, y el Mao, un excelente restaurante chino, sencillo y discreto, pero con platos hechos con mucho gusto, un servicio magnifico con chicas guapisimas y sonrientes (que curiosamente cuando te atienden se agachan para nunca estar
Con el Harbour Bridge
Y todos a correr alrededor del Botanico a mas altura que los clientes) y un escogido Shiraz del Barrosa Valley sin etiquetar embotellado para el restaurante. Buenos vinhedos.
Noche loredana de nuevo en Melbourne, los ojos como platos, imposible conciliar el suenho, aunque siempre relaja el recuerdo reciente a traves de la pantalla de skype de la sonrisa de Marina, su lengua de trapo recien descubierta, el espejo de Leticia en la cara de Adriana que asoma la mirada realmente por primera vez para nosotros, y los calidos consejos de Ainhoa, Ana, y Leo. Estabais todas muy guapas.
Como yo soy de ciencias y no se hacer referencias explicitas, me gustaria daros las gracias a todos los que habeis aportado durante esta semana a que se hiciera un poco mas liviana, porque aunque parezca mentira el jefe tambien lo pasa mal alguna vez.
Asi que decidimos cambiar de entorno para cambiar de espiritu, y dejamos la ciudad, despues de desayunar en el concurrido Fornaio, con sabor local, en el barrio de St Kilda, una zona chic de playa a 8 km de la ciudad.
Y nos vamos a recorrer la Great Ocean Road de camino a Adelaide. Esta costa es una de las
El abuelo koala
Te mira, curiosea y se deja acariciar zonas surferas por excelencia, con un museo de surf, una zona de outlet con todas las marcas de surf, y por supuesto las mejores olas. Paloma, no he encontrado todavia el surfista macizorro para sacarte la foto porque todos los que pululaban por alli eran cincuentones con barriguita, pero Javi esta apanhando unas clases de surf en Brisbane.
Para paraisos del surf, las playas de Jan Juc y Bells Beach, donde se celebra una prueba del campeonato del mundo. Alli coincidimos en un mirador encima de la playa con unos 20 ninhos de una clase de geografia. El profesor les explica como se forman las olas, y porque aqui esta el mejor surf, con el continente blanco en frente tan lejos, por ello con el mayor fetch, y mas energia trae el viento. Tambien ayuda una impresionante inclinacion de la arena en la playa, aqui uno mete el pie y le puede llevar una ola. Y todas estas condiciones han provocado tambien que en esta costa se hayan hundido mas de setenta grandes embarcaciones en el ultimo siglo.
Nos ponemos a charlar con los profesores, y cuando los ninhos ya habian bajado todos a la playa, dos de
Llegando a los Grampians
Tu crees que habra algo bueno? ellos se enteran de que somos espanholes, suben corriendo de nuevo al mirador a hacernos preguntas como locos. Y es que Olivia es de padre espanhol y el anho que viene para sus 15 anhos, tiene previsto pasar unos meses en Madrid, le damos nuestro mail. Le acompanha su amigo, encantador, con los mismos 14 anhos, y una tremenda pluma de gestos de dulzura y curiosidad.
Llegamos a Lorne, donde las olas nos siguen persiguiendo y descansamos en el Hotel Lorne, con impresionantes vistas, el ruido de las olas del mar y un relajante jacuzzi, que han sido dos noches para olvidar.
Y seguimos el paseo por los 400 km de Great Ocean Road, pasando por Apollo Bay, Gibson Steps, y los 12 apostoles, unas rocas muy parecidas a esos Pancakes de NZ. Hemos parado en Loch Ard Gorge, donde hay restos del naufragio de un enorme barco, y en Logans Beach, donde hay una Whale Nursery, y algun afortunado debio de ver alguna ballena hace cinco anhos, porque aquello no tenia pinta de tener mucho movimiento, y no era para quedarse esperando mirando el horizonte, sobre todo cuando nos hemos deleitado recientemente con esas magestuosas colas
en
Great Ocean Road
Pedazo vistas mires donde mires Kaikoura.
Y dejamos la costa para entrar en el interior hacia el Parque Nacional de los Grampians. Y de camino, vemos a "tres de los grandes", el koala subido a un arbol, tranquilo, apacible, curioso, tierno como un pequenho peluche y con cara de abuelo por cierto, tambien vemos dos emus entretenidos en un prado, y tres canguros en el borde de la carretera asustados con el ruido de nuestro motor, asi que se resistiran a la foto.
Halls Gap es el pueblo en el que se concentran los alojamientos del parque de los Grampians, encontramos un sitio economico y acogedor para pasar la noche y coger fuerzas (pocas) para hacer el pateito del Pinnacle. Divertido, entre piedras, y lo que pretendia ser un trek apacible se convierte en un encuentro inesperado con cinco clases de colegio pasando el dia en la zona. Por lo visto, esto es bastante habitual para los ninhos australianos, ya nos hubiese gustado a nosotros tanta excursion, que nos sacaban un dia al anho y estabamos tan revolucionados con la experiencia que no nos enterabamos de nada...
El parque en cualquier caso esta recuperandose despues de un potente incendio en Enero 2006
Paso del surf
Me van otros deportes que ha destrozado una gran parte de la zona. Seguimos en busca de canguros, y vemos unos cuantos pululando, aunque ninguno se ofrece para la pertinente retrataura.
Nos dirigimos al valle de Coonawarra, para conocer de cerca los vinhedos que nos descubrio el Somelier del Rockpool, y que son uno de los cuatro valles de referencia en cuestion de vinos australianos. Aterrizamos en las bodegas Hollick, donde disfrutamos un vaso de Shiraz del 2004. Buen ratito de comida con vistas a los dorados vinhedos. Nos sorprende que nos animen a degustar una copa de vino y mejor comprar la botella y llevarnosla. Aqui hay mucha concienciacion con el drink and drive. Les hacemos caso esta vez.
Un plan divertido que no llegamos a hacer es el wine tasting, en el que uno puede ir de bodega en bodega en un valle, y acceder a las Cellar Doors, en las que los duenhos ofrecen amablemente una cata de sus vinos, y lo divertido es hacerlo en bicicleta y asi evitar cualquier encuentro desagradable con la policia.
Decidimos acercarnos a la costa para pasar la noche. Elegimos Robe como destino, sin esperar demasiado de esta parada nocturna, aunque seran
Con Rob en su casa
Thanks for all those tips! unas horas bastante especiales y con gran encanto.
Llegamos al Lakeside Manor, una mansion al borde de un lago que resulta ser el Albergue Juvenil(!) de HI del que somos miembros. Es una casa antigua, de amplios pasillos, techos altos, cuidados jardines, salones senhoriales con sofas de cuero, una impresionante libreria de madera con reliquias de tiempos pasados (nos proveemos de buena lectura), banhera con burbujas y un amabilisimo servicio de una parejita holanda-sydney que gestiona el Hostal. La casa la construyo el jardinero del lago, cuando heredo inesperadamente el terreno de una adinerada familia que residia en Inglaterra, y, en agradecimiento, decidio reproducir parte de la mansion que los ingleses tenian en Europa. Uno de esos sitios HI del mundo para recordar.
Disfrutamos de una espectacular puesta de sol cerca del obelisco, en un acantilado, sobre el que sopla un fortisimo viento y las olas rompen con furia. A lo lejos se esconde el sol, nitido, sobrio, dejando una estela entre naranja y morada. Corremos, gritamos, apenas nos oimos con el viento, pero es uno de esos ratitos inesperados en la vida en que te corre la felicidad por el cuerpo, y piensas en lo bello de
Volando en el Pinnacle
Intentando perdernos en Los Grampians lo que te rodea, la magia de la naturaleza y el privilegio de estar en la tierra y de disfrutar de nosotros dos, de uno mismo, y de sentirnos cerca de quien esta lejos. Recuerdo que Inhaki G Erguin me dijo antes de marchar que le buscara un buen atardecer. Espero que este te guste.
En el Youth Hostel nos recomiendan el Caledonian Inn para cenar, y tampoco esperabamos mucho de una noche en un pueblo costero apagado por el frio del invierno. Y cuando llegamos, nos encontramos el recibimiento calido del duenho, que nos invita a una copa nada mas llegar, y nos recomienda, a pesar de ser un sitio de costa donde uno espera comer buen pescado, probar la carne de buey, que tenemos un carnicero excelente en la zona. Y no se equivocara, exquisite, nada que ver con la carne de NZ.
Dice que nos ha guardado un rinconcito especial en el restaurante, y cuando llegamos a la mesa, saludamos discretamente a la mesa de al lado, en el que cenan dos mujeres. De repente, no sabemos como, se levantan emocionadas a saludarnos, nos dan la mano, nos hace miles de preguntas, reaccionando con expresivos
Dodo en accion
Que me resbalooorrr gestos a cada una de nuestras respuestas. Nos miran con intensidad a los ojos, nos sonrien, nos hablan con efusividad. Nos cuentan que son de Melbourne, y estan cuatro dias aqui de vacaciones, ellas dos y sus dos perritos (tienen dos de esos perros tipo ovejita cursis blanquitos que les recortan las patas y les dejan unos munhones tipo pompones al final, asi, muy parisinos). Anyway, que necesitaban descansar de sus clientes en Melbourne, es que yo soy clarividente y ella es astrologa y lee en los posos de café (!)... Nos entra el miedo en el cuerpo y nos sentamos en nuestra mesa (porque todo esto es de pie, antes de pegar bocado...).
Y en ese momento que aprovecho yo normalmente cuando Javi esta un poco despistado para echar siete kilos de sal al chuleton, oigo una voz profunda, penetrante, que me dice: hija, deberias cuidarte con la sal... Y eso como introduccion a un: tu ibas para abogado quizas, y tu para IT? Y no dejan de mirarnos, de lanzarnos que "tu eres el motor de la relacion", que "tu necesitas que te den una patada en el trasero para que reacciones". Y tu, estas pensando en
Por los praos del sur
Aqui no hay vaques bandera pero tienen sabor escribir un libro o algo asi. Y tu, podrias colaborar un poquito en ese libro, no?". A ti, te vemos con una mente muy estructurada, y te gusta tocar algun instrumento musical (!). Ademas de otras reflexiones sobre personas de nuestro entorno, y por favor, deja de mirarme ya que me da mal rollo... Y se empiezan a crecer con reflexions de bruja listilla del tipo: Intuyo que hay una "Maria" en vuestra vida en algun contexto... (Ya, y algun John en la tuya, no te j...). En cualquier caso, nos da un yuyu tenerlas ahí al lado, a medio metro, no paran de mirarnos, de lanzarnos mensajillos, menos mal que querian descansar de sus clientes... Les puede el tema, les encanta...
Y en la mesa del otro lado, una vez que las brujas han desaparecido con sus perros-ovejita y sus augurios, nos ponemos a charlar con una parejita en sus setenta y pico anhos que estan celebrando el cumpleanhos de ella. Se acercan a nosotros cuando oyen que preguntamos por un postre que no sabemos lo que es, ella viene a nuestra mesa con el plato suyo, y nos lo planta encima de nuestra mesa en un gesto
Y nosotros sin bicicleta
Bodegas Hollick, en Coonawarra Valley genuino, amable y espontaneo, para que no tengamos duda. La parejita entranhable es de Tasmania, estan en una Motorhome durmiendo en el lago al lado de nuestra casona, y se dedican a viajar cuatro meses al anho. Yo cuando sea mayor quiero verme asi, con esa sonrisa de felicidad, ese gesto de relajo, de solo querer disfrutar del momento y de hacer feliz al otro, sin dobleces, sin prejuicios, sin rarezas. Que gusto de miradas las suyas.
Y de camino a Adelaide, vamos al Coorong National Park, un brazo separado del mainland - tipo la manga - pero con un paisaje salvaje de dunas. Llegamos a la Fleurieu Peninsula, y paramos en Victor Harbour, un pueblo rancio y sin ninguna vidilla para ser un viernes. A las cinco de la tarde cierra todo y muere el pueblo, algo asi como Belem do Para, pero sin zombies y algo mas sano. Solo hay unas pocas almas en el Anchorage, en frente del mar, donde dormimos y cenamos, entre otras cosas unas curiosas ostras con una salsa mayo de wasabi y spanish onion. Nos esperabamos alguna cochinada quitagusto, pero nos sorprende agradablemente la receta. Pero la verdadera currutaca esta en el
pub del pueblo, donde hay unos tipos brutos a mas no poder (ellos y ellas), con melenas blancas y barba tipo zztop, agotando las existencias de cerveza, apostando como locos a carreras de caballos, y arropados por un cartel en la barra que dice: nos comprometemos a llamar a una ambulancia si lo necesitas...
Y nos recorreremos la Fleurieu Peninsula, con agradables pueblecitos playeros como segundas residencias de locales de Adelaide, que se acercan a la playa el fin de semana para correr, hacer bici, surf y kite. En general un rincon agradable, nada espectacular desde el punto de vista de naturaleza, pero con el encanto de un rincon local y poco explotado.
El Victory Pub en Sellicks Beach ha sido un descubrimiento, con espectaculares vistas y un ambiente local, familiar y simpatico, con una cocina cuidada y una buena bodega. Un sitio a tener en cuenta, buen ratito de brisa marina, con un soleado dia de invierno en el que cada rayo te recorre el cuerpo.
Y con esto nos preparamos para manhana meternos en el Outback, en pleno desierto australiano y atravesar el pais de sur a norte. Seran muchos kilometros de nada por aqui,
Que colocon!
Paseando por Sydney de noche nada por alli, los australianos nos miran con cara de compasion cuando les contamos nuestros planes, y aqui todos los manuales recomiendan que avises a alguien de tus planes y tu recorrido, asi que, si no aparecemos, que alguien le cuente a la Emabajada que lo ultimo que sabeis de nosotros es que ibamos para Cobber Peddy, la ciudad bajo tierra.
Y como al jefe le gustan los numeros, estamos haciendo recopilacion de kilometros hechos, aviones volados, autobuses sufridos y hasta botellas de vino pimpladas, que no han sido tantas, para que os tranquiliceis con nuestra salud. De momento, deciros que hemos calculado que llevamos en el cuerpo 27.360 millas aereas, o lo que es lo mismo, 44.000 km de amaneceres, cielos, playas, mares, montanhas y risas, muchas risas.
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let
non-member comment
gracias por este ratito de aventura que ha logrado que desconecte de los bibes y pañales. un besazo enorme.