Puerto Madryn

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Después de haber pasado unos días en Buenos Aires esperando a recibir mi visado para Brasil, cogí mi primer autobús argentino. Los autobuses argentinos si coges una clase preferente estas prácticamente en primera clase de un avión. El sitio se convierte en cama, te dan la comida son asientos espaciosos y te ponen películas, experiencia recomendable.

Mi primer trayecto fue de 15 horas así que me prepare con empeño, cogí el portátil el libro, el ipod… dormí unas 12 horas! no vi ni las películas!

Cuando por fin llegue a Puerto Madryn, había quedado con Debbie y Alex, la pareja que había conocido en la isla de Pascua y como teníamos planificados las mismas fechas para hacer la Patagonia decidimos hacerlo juntos. Bueno eso y que ellos ya habían organizado su viaje y yo no, así que me vino muy bien unirme. También habían quedado con una pareja amiga de ellos que se llaman Lee y Krista.

Cuando llegue al hostal “Che Patagonia”, hacia un día buenísimo así que me cogí un taxi para ir a ver leones marinos en una de las playas que había a 30 minutos del pueblo.

Por la tarde ya llegaron Alex, Debbie, Lee y Krista, justo como me habían comentado en una carta en recepción, así que comenzamos el asado, mas bien una barbacoa con mucho vino. Después de ponernos las botas Debbie me comenzó a asustar con el itinerario que habían preparado ya que no coincidía con lo que yo me había imaginado.

Entre chuleton para arriba y copa de vino para abajo, en resumen me dijo que empezábamos con una escalada de 8 días caminando unas 7 horas diarias, sin guía y sin hostales…. Que???? Esperaban que caminara durante 8 días sin ducharme y sin guía??? Que íbamos a comer? Donde cagábamos? Con que equipo? Teníamos mapa? Es que acaso me encontraba ya en el infierno? Ahí se que voy pero… ya?
Daba por hecho que lo haríamos con un grupo y de hostal en hostal, tomándonos nuestras copillas y andando como muchísimo 5 horas…. Que????

Así que tras hablarme uno a uno todos intentándome convencer con vino…. Funciono y acepté… brindando por nuestra nueva aventura…

Terminamos con el asado y con las botellas de vino de la tienda de al lado hasta que Debbie empezó a montarse en una bici con el sombrero de alpinista parecía un champiñón borracho.

Me acosté esa noche contento por la aventura que me deparaba, iba a ser TODO un reto…

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