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Published: July 11th 2012
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5,6,13 Y 14 diciembre 2011 Pedoulas fue para mí unas vacaciones dentro de las vacaciones. Un oasis de tranquilidad dentro de la ya de por sí tranquila isla de Chipre.
Aquí llegué para andar en las montañas de Troodos, las más altas, extensas de la isla, y posiblemente las más interesantes. Al menos geológicamente, pues es uno de los ejemplares de ofiolitas, que no sé muy los que son, mejor preservados del mundo. Por lo que se ve, se formaron estas montañas al chocar las placas europea y africana. El proceso tectónico paro, y la erosión hizo que se descubrieran los depósitos de magma que guardaban en su interior. Y es cierto que en algunos parajes el color de la tierra y de las rocas era bastante especial.
Tomé el autobús en Nicosia del bastión Podocataro, y tras un largo viaje (para ser una isla tan pequeña) con cambio de autobús incluído, y remontar el valle de Marathasa, me dejaron justo enfrente del hotel en el que había reservado, Hotel two flowers, en el pueblo de Pedoulas, a más de 1.000 metros de altura. El hotel es un negocio familiar, y
Pedoulas
Valle de Marathasa --- Marathasa valleyla madre, Froso, siempre está allí, casi siempre trabajando. En la cocina, en la recepción, sirviendo en el restaurante, limpiando por
la mañana, cambiando las mesas o cuidando al nieto. Y a parte de eso, siempre está con una sonrisa y da conversación si es preciso, a los clientes o a las amistades suyas que van por la noche a cenar, tomar unos whiskeys y ver el fútbol. (Tenían también mucha afición al fútbol español y se alegraron de saludarme y fumar alguno de mis puritos) Muchas veces también está su marido Giorgios trabajando o descansando, y a veces estaba también la nuera. El restaurante es una sala grande y diafána, cubierta de cristales que hacen que sea un estupendo mirador sobre el valle. Las habitaciones son limpias, bonitas y curiosas. La mía también tenía una terraza con vistas.
Cuando llegué, me cambié, comí un poco, tomé un café y fui a dar un paseíto. Lástima que ahora, al ser los días tan cortos no tuviera tiempo de hacer nada más. A la mañana siguiente ya madrugé, y un amigo de Giorgios y Froso que también hace las veces de taxista me subió al pueblo de Troodos, desde donde
Pedoulas
Vistas desde mi habitación --- Views from my room salen muy buenas rutas. El pueblo de Troodos es sólo una calle con tiendas, bares y hoteles. Un cruce de caminos, que es además el más alto y más central de las montañas. Tomé un café antes, como es natural, y comencé a hacer la ruta
Atalanti. Es una de las rutas bien señalizadas desde el pueblo. Sale y regresa al misma lugar dando una vuelta al monte Olimpo, o Chionistra como muchos chipriotas dicen. Esta ruta es bastante llana y va a una altura de unos 1700 - 1750 metros, con muy buenas vistas y pasando por bosques de pino negro, enebro y cedros.
Para la vuelta a Pedoulas, tomé un camino cerca de Podromos que me evitó mucha carretera y me dio una vistas muy buenas sobre el valle de Marathasa. Y llegué a tiempo al pueblo para visitar la iglesia del Arcángel Miguel, una de las diez iglesias pintadas patrimonio de la humanidad. Todas ellas están por estos valles de las montañas de Troodos. Suelen ser iglesias pequeñas y de aspecto poco llamativo, pero cuyas paredes interiores están cuajadas de frescos de colores muy vivos, que cuentan, como historias de un tebeo, la vida de la
virgen, de Jesús o de los santos. La iglesia de Pedoulas es del 1474 y es una de las pocas cuyo pintor tienen nombre conocido: Minas, paisano de Marathasa y fiel seguidor de la tradición artística bizantina. Los frescos son una maravilla. Nadie diría que dentro de un edificio tan sencillo se encontrase unas pinturas tan estupendas. La parte no tan buena de estas iglesias es que para visitarlas es casi imprescindible que te lleven o que cuentes con tu propio vehículo. Así que de todas las iglesias de Troodos sólo visité ésta de San Miguel Arcángel. También me he quedado sin ver los grandes monasterios chipriotas, como Trooditissa y Kykkos, que deben de estar muy bien. Tengo más excusas para regresar otra vez a Chipre.
El día siguiente ya tomé el autobús pronto por la mañana y regresé a Nicosia para continuar mi viaje por la isla, pero algunos días más tarde decidí regresar. En principio pensaba haber ido a otro lugar al Chipre turco, pero me salía tan caro, que al final decidí que sería mejor regresar al Two Flowers de Pedoulas y salir a conocer otra pequeña parte de Troodos.
De igual manera, esta segunda
Pedoulas
Valle de Marathasa --- Marathasa valley vez me llevó el amigo de Froso y Giorgios en coche hasta Platres, y allí comencé la ruta
Perséfone. La hermosa Perséfone se convirtió en reina del inframundo cuando Hades la raptó. Buen nombre para una rutilla en la cual lo que más llama la atención, más que los bosques de pino negro, es una gran mina abandonada de asbesto: Pano Amiantos.
Al terminar la rutilla de Perséfone, de vuelta en Troodos pueblo, decidí tomar un camino que me llevara hasta Agios Nikolaos, en Kakopetria. Es otra de las iglesias Patrimonio de la humanidad en otro valle paralelo a Marathasa. De allí siguiendo la carretera, sin ningún problema llegaría de vuelta a Pedoulas. Pero resulta que me equivoqué en un cruce, y me di cuenta un trecho más adelante. Volví y tomé el sendero bueno, pero resulta que una señal decía que más adelante estaba cortado por corrimientos de tierra. El caso es que tuve que volver a la carretera y tomar otro camino diferente que me llevara a Agios Nikolaos. Desde estos senderos tuve las mejores vistas de las montañas, pero ya era tarde, los días de invierno no son largos. Regresé a Troodos pueblo y por la
Pedoulas
Valle de Marathasa --- Marathasa valley carretera bajé hasta Pedoulas, no sin antes desviarme hasta el cercano Chionistra o monte Olimpo. Es el punto más alto de la isla, con 1.952 metros de altura. No es precisamente el punto más interesante de las montañas, pues en su cima hay un radar británico y en su falda norte una estación de esquí que estaba esperando la nieve.
De vuelta a Pedoulas me pegué un homenaje, como había hecho las otras noches. Una buena cena, una copita de vino local y buena compañía.
2011 december 5,6,13 and 14th Pedoulas was for me some holidays within the holidays. An oasis of peace in the already very calm island of Cyprus.
I came here to walk in the mountains of Troodos, the highest and biggest ones in the island. And also the most interesting ones, at least geologically speaking, because Troodos in one of the best preserved examples of ophiolites in the world. I don´t have very clear what they exactly are, but it seems that these mountains rose due to the collision of the European and African plates. The tectonic process stopped and erosion uncovered the magma chamber underneath. Actually it
is very easy to realize of the strange colour and rocks in some landscapes of the area.
I took the bus in Nicosia, in the lower part of bastion Podocataro, and after a long trip (for being such small island), a change of buses included, and going up the Marathasa valley, I was dropped just before the hotel I had booked in. Hotel Two Flowers, in the village of Pedoulas, more than 1.000 meters high. The hotel is a family business, and the mother, Froso, is always there, working most of the time. In the kitchen, at the reception, serving in the restaurant, cleaning in the mornig, changing the tables or looking after her grandson. Besides this, she always look smiling and ready for conversation if the occasion demands it, either with the guest or family friends that usually go in the evening to have dinner, drink some whisky and watch some football (They were also fans of spanish football and they were happy to meet me and smoke some of my little cigars). The husband, Giorgios is also around many times, working or resting if it is late, and some times also the daughter in law. The restaurant
is a big and bright room, with very big windows making of it an excellent viewpoint over the valley. My room was nice, clean and cozy. I even had my own terrace over the valley.
When I arrived, I changed clothes, ate something, had a coffee and went for a walk. It was a pity that being the days so short I hadn´t have the time do anything else. Next morning I got up early, Froso fixed me a nice breakfast and a friend of them who also works as a driver, took me to the village of Troodos, the startpoint of several trails. The village of Troodos is only one street with some shops, cafeterias, restaurants and hostels. A crossing of roads, the highest and more central of the Troodos mountains. I had a coffee, and then I took one of the marked trails:
Atalanti. It starts from the village, and in the village it ends, going around mount Olympus, or Chionistra, as many Cypriots name it. The Atalanti is at an average height of 1700 - 1750 meters, with very good views and going through some black pine, cedar and jupiner forests.
In my way back
to Pedoulas, I took another trail different from the road and had better views over the Matharasa valley. And I arrived in time to visit the Archangel Michael church, one of the ten painted churched world heritaged by the Unesco. All the ten churches are in these valleys of the Troodos mountains. They usually are small churches with a not very appealing asppearance but with the inner walls full of vivid colourful frescoes telling like in a comic book the life of the lady, Jesuschrist or the saints. The Pedoulas church dates from 1474 and is one of the few churches whose painter has known name: Minas, fellow from Matharasa and follower of the byzantine tradition. The frescoes are really awesome. Nobody would say that inside such a simple and plain building there were such beautiful paintings. The not so good side of these churches is that to visit them you have to be taken or to have your own vehicle. That is why I could only visit this church of Archangel Saint Michael and no one else. Neither I visited the big orthodox monasteries of the mountains, among the most importants in the island: Trooditissa and Kykkos, that must
be very nice. So I have more excuses to come back to Cyprus someday.
Next day I took the early bus going back to Nicosia and continue my trip in the island, but I decided to come back to Pedoulas some days later. Before coming here again I had a plan A, to go some place on the Turkish side that is supposed to be beautiful and plenty of nature, but it turned to be an expensive plan. Troodos are big enough to entertain me for long, so I concluded that I would try to know some other parts of the area. Of course I came back to the Two Flowers, where I had enjoyed my stay so much.
As the previous time, the next morning, after a very nice breakfast, Froso and Giorgios friend took me to the village of Troodos and there I started the
Persephone trail. The lovely Persephone became the queen of the underworld after being kidnapped by god Hades. A good name for a little trail that besides going through some black pine forests, offers panoramic views over an asbestos mine: Pano Amiantos.
After the Persephone trail, back in the village of
Atalanti trail
Cedro de Chipre --- Cyprus cedar Troodos, I decided to take a trail that would lead me to Agios Nikolaos, in Kakopetria. This is another of the world heritage churches, set in a valley next to Marathasa. From there, following the road I would walk back to Pedoulas without a problem. But it turned that in a crossing I took the wrong option and realized of that some distance ahead. When I went back and took the right one, there was a sign telling that the path was impassable because of some landslide. So I had to go back to the road and take a different trail leading to Agios Nikolaos. These trails offered me the best views I had in the mountains, but it was late, the winter days are not long. I went back to the village of Troodos, and doing the road I descended to Pedoulas, turning off before in the near Chionistra, or Mount Olympos. This is the highest point in the island, 1.952 meters. Although the highest, It is not the most interesting point in the mountains for in the summit there is British radar and a small ski resort wainting for snow on the north slope.
Back in Pedoulas
I paid tribute to myself, as I had done the previous nights. A good dinner, a local wine glass and good company.
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