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Published: June 27th 2017
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Y nos fuimos a Grecia!! El viaje era súper corto apenas una hora de ferri entre Marmaris y Rodas. El día estaba espectacular despejado con un sol magnifico. Así llegué al puerto de Rodas. Y de entrada me empezó a gustar. Creo que el mar tuvo su peso, ver el mar de ese color limpio y transparente ya hace que se gane puntos y se percibe desde la llegada una tranquilidad y relajo especial, muy diferente sensaciones a las que se percibían en Estambul por ej. que también tenía mar. Y bueno quizás es porque es una isla.
Mi hotel quedaba a una cuadra de la costa y como era muy temprano para hacer el check in solo dejé mi maleta y fui a caminar, aunque no llegué muy lejos. Llegué a la orilla del mar y me quede ahí por horas. Fue un relajo total, la costa era espectacular porque tenía, en lugar de arena, piedras pequeñas de miles de colores y formas erosionadas por el mar. El sol, la vista, el ruido del mar y la tranquilidad, era para quedarse ahí todo el día, además no había nadie en la costa, más que una persona que estaba pescando
con arpón. Me quedé ahí varias horas y después me devolví al hotel a hacer el check in.
De ahí tenía que definir que iba a hacer por 3 días en esta isla, porque la verdad que toda esta parte surgió de improviso. Originalmente yo iba a ir a Santorini, pero aquí al parecer las temporadas turísticas son muy marcadas y cuando termina la temporada, el 31 de octubre, se acaban casi por completo muchos de los ferris que unen las distintas islas y como yo iba a viajar el 3 de noviembre ya no tenía forma fácil de llegar desde Turquía a Santorini por eso tuve que cambiar mi itinerario y me fui a rodas.
Así que nuevamente me encontraba en un destino sin programación, sin saber lo que iba a hacer y sin lonely planet o cualquier otra guía que me ayudara. Solución…. GPS… busqué con el gps la oficina de información turística de la ciudad, las cuales generalmente nunca visito. En esta caso fue lo mejor porque me indicaron lo básico para saber adónde ir y como llegar.
En todo caso como ese día ya había sido mas menos largo solamente me quedé en la ciudad
y busqué un lugar para comer, y encontré un lugar pequeño, artesanal, pero muy bueno. El menú estaba en griego pero la señora habla inglés y me lo explicó. Por 6 euros líquidos y todo es un buen precio. Además estaba exquisito, arroz con carne con una salsa de champiñones, queso rallado y en salada.
Ese día para la cena descubrí lo mejor de todo el viaje en lo que respecta a comida, los gyros, que son lo más cercano a los kebab que hay en chile. La verdad que aunque Turquía tenía buena comida y barata la comida griega la superó. Tiene lo que le faltaba a la comida turca, la cantidad de arroz o papas, y las salsas que condimentan todas las comidas. Además todo es como contundente, de hecho me encontré en más de una ocasión sin poder terminar lo que había pedido. Los gyros por ejemplo vienen en pan pita con una salsa griega como de yogurt con algo así como perejil quizás, y además de lo típico pollo o carne mas verduras, viene con papas fritas adentro del pan pita, además tienes varias salsas adicionales que se le pueden agregar, están grosero
que obviamente no se alcanza a cerrar el pan pita, así que lo envuelven en papel para poder comerlo y todo eso viene acompañado de papas fritas naturales extras en el plato. Además de rico barato muy barato, para ser Europa, el gyro sale como 1500 pesos app.
El segundo día partí temprano hacia Lindos un pueblo muy pintoresco a una hora de la ciudad. Esta isla es como la cuarta más grande Grecia así que las distancias son largas, son como 240 kilómetros de perímetro en total. Este lugar es una de las principales atracciones ya que tiene el templo más grande de la isla. Además el pueblo de Lindos es muy pintoresco y tiene acceso a dos playas cercanas que se veían increíbles.
Las ruinas están ubicadas en la cima de un cerro así que hay una buena caminata desde la carretera hasta allá. Aunque por su ubicación si es impresionante, no hay mucha información respecto al sitio así que cuesta apreciarlo como se debe. Además esta también en proceso de restauración así que hay bastante maquinaria en el sector.
Bajando de allí llegué al pueblo de lindos que es muy pintoresco, tiene el estilo griego todo blanco.
No hay prácticamente calles para vehículos solo peatones y motos pequeñas que pueden circular por algunas de las casas. Siempre me preguntaba cómo lo harán cuando alguien se tiene que cambiar de casa. Pero eso le da un toque muy especial, la pintura, la decoración, lo pequeño y tranquilo del pueblo es genial.
Después había planificado volver a la carretera temprano porque había visto un lugar que se supone tenía el bar de hielo más grande de Europa, y bueno nunca he ido a un bar de hielo, y además esta era el más grande así que tenía que ir si o si aunque fuera a una cerveza y aunque me resfriara porque la temperatura dentro era de 5 grados y afuera hacían como 25. Así que me devolví temprano de Lindos para alcanzar a entrar y tomar algo y llego y me dicen que lo cerraron hace pocos días y que lo están descongelando. Eso fue una gran decepción después vi el pobre bar muriendo con los rayos del sol.
Así que tuve que matar como una hora esperando que pasara el bus para ir de regreso a la ciudad. Pero los gyros de la
noche me animaron.
El tercer día lo dejé para visitar el centro histórico o la ciudad antigua de rodas. Aún tiene incluso sus muros bien conservados. Dentro de los muros es otro mundo. Una ciudad de otro tiempo y con mezcla de diferentes estilos de arquitectura debido a todas las naciones que dominaron este territorio durante la historia.
Tiene desde las estructuras griegas y romanas clásicas, hasta mezquitas y otras construcciones del periodo otomano. Además luego fue la ciudad de los caballeros así que tiene muchas construcciones que datan de la edad media. Es obviamente el punto más turístico de la ciudad pero aún habita parte de la población en ella.
Ese día había harto movimiento pensé que era lo normal, pero después me di cuenta que era por un crucero que estaba atracado.
En el restorán que comí la clásica musaka habían varios canadienses que fueron los que me convencieron de comer ahí cuando me vieron leyendo la carta. Una de las señoras su mama le había regalado como una especie de llavero de la isla cuando chica y su sueño es poder ir. Y ahí fue que el mesero me instaló una bota de
cerveza y bueno hacía calor así que no me quejé.
El resto de la tarde termine de dar vueltas por la ciudad y me fui al hotel a buscar maleta para ir al aeropuerto para el vuelo a Atenas.
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