DÍA 8: Montezuma


Advertisement
Published: August 7th 2010
Edit Blog Post

Total Distance: 0 miles / 0 kmMouse: 0,0

Montezuma


Llegando a la Isla de la TortugaLlegando a la Isla de la TortugaLlegando a la Isla de la Tortuga

Dos rocas encima del agua. A Sonia le recuerdan las islas eolias.

SEIS TIBURONES, 6 DELFINES, 6 PICADURAS y UNA CENA...ZA!



6h45- Habíamos puesto la alarma a las 7h15, pero qué le vamos a hacer... nos gusta, por raro que pueda sonar a los que nos conocen, disfrutar de la primera hora de este país. Además, con el olor del pan recién hecho y el dulcor del olor de la piña que sube y penetra hasta el último rincón de nuestra habitación, ¿quién se puede resistir?
Tenemos que comprobar el estado del cielo para ver si esta vez podremos salir a bucear a la Isla de la Tortuga y parece que .... ¡Sí, solazo en cielo azul! Esto es exactamente lo que pedimos ayer, después del día de farniente...
Desayuno compartido entre Tamim y Sonia: un plato de fruta cortada (piña - cómo no-, sandía, papaya - no nos entusiasma demasiado- y plátano, además de naranja, nada del otro mundo ésta última). También pedimos el pan de la casa con mermelada de la casa: la de piña/coco como es natural (Tamim la probó ayer y le encantó, la verdad es que está deliciosa, aún para los no aficionados a lo dulce).

Nos ponemos en marcha después de untarnos de crema solar
Tamim...Tamim...Tamim...

... previously on Lost...Michaaeeeeel! Waaaaaaaaaaaaalt!
y por primera vez, Sonia prescinde de anti-mosquitos (hasta ahora, no le ha picado ninguno y tampoco es que sean tan abundantes los mosquitos en este país... al menos eso parece...solución a esta arriesgada decisión, más adelante).
La Isla de la Tortuga queda a 45 minutos en barco de Montezuma. Lo que no habíamos preguntado cuando contratamos la excursión, es ¿qué tipo de barco?... Bueno, digamos que lo llaman Taxi Boat, y es un tanto similar a la barcas que hacen cruzar las Udeyas de Rabat (para los que conocen), pero con motor, y ahí caben... pues unas doce personas.....Para los no familiarizados con el mundo magrebí, diremos que un cascarón "sólido" con motor. Hmm... El viaje fue movidito, sobre todo cuando rompe contra las olas del Pacífico, nos dimos unos curiosos viajecitos. Finalmente, llegamos a nuestro destino, una isla con una playa de arena blanca y cocoteros: la imagen de las típicas islas paradisiacas que salen en los folletos turísticos. El viaje mereció la pena. Nos bajamos del barco mientras un grupo se iba a hacer snorkelling. Sonia no se apunta al final, no se siente muy bien y decide pasar por esta vez. Nos quedamos en la playa,
Sonia...Sonia...Sonia...

.... grabando... los vídeos, para la próxima entrega...
alquilamos unas hamacas y una sombrilla para la blanquita, y ahí nos quedamos un rato, hasta que vinieron a por Tamim para ir a bucear.
Tamim bucea solo hoy, solo con el divemaster. ¡Está encantado! Es un lujo poder ir al ritmo del guía porque siempre te enseña más vida marina antes de que se escondan.
El primer buceo bajamos por el cabo del ancla, no se veía nada mientras bajamos, solo partículas que iban y venian con el oleaje. Pasamos como a 15 metros a unas rocas, ahí se veía un poco más, unos seis o siete metros, pero estuvimos todo el buceo que nos movíamos al ritmo de las olas. Luego, fuimos rodeando una montaña de piedra, dimos la vuelta completa y fueron 45 minutos. Vimos: primero una morena negra normal, luego vimos una morena amarilla muy bonita, y después una morena que si no era gigante, lo parecía, con medio cuerpo fuera de la cueva. Además vimos distintos tipos de peces globos, blanco normal y gigante, de puntos y algún otro que no me acuerdo. Y luego los típicos peces de arrecife (coloridos y bonitos). Estuvo bien pero nada del otro mundo, sobre todo para alguien que
Tamim a lo lejosTamim a lo lejosTamim a lo lejos

a puntito de meter los deditos en el agua a 28·... uff cooooooold ;)
ha aprendido a bucear en el mar Rojo.
Después de un cuarto de hora en el barco, y con los primeros síntomas de mareo pese a la pastilla tomada con el desayuno, nos tiramos en un sitio que estaba relativamente cerca del anterior. Ahí no había cabo del ancla porque había mucha más corriente. Bajaba con la idea de que podríamos encontrarnos con algún tiburón de punta blanca y alguna raya. Era una inmersión de menos peces pero con la posibilidad de encontrarnos estas maravillas. Dos minutos después de haber bajado, a unos 13 metros o así, Fabio (el divemaster), me hizo un gesto que mirara a un cueva que estaba iluminando con una linterna. Me asomé, pensando que era la típica cueva de una morena, y ahí había un tiburón, de cara a mí "tête à tête". Sorprendentemente, aunque estabamos a menos de 3 metros el uno del otro (el tiburón y yo), ninguno de los dos nos pusimos nerviosos, ni huímos (sobre todo yo). Se quedó sencillamente mirando y su cabeza era exactamente igual que las que has visto en las películas y en los documentales, era esa. ¡WOW! Y al minuto o así, se aburrió el tiburón
Sonia...Sonia...Sonia...

a cubierto del sol pero no los mosquitos y otros insectos picadores...
de mirarme y se dió la vuelta y ya se dejó de ver. Después, seguimos por una zona de arena en vez de rocas, y ahí vimos dos o tres rayas enterradas. Solo se las veía por la cola y asusté sin querer a uno que salió pintando. En esta inmersión se veía todavía menos que la anterior. Iba justo detrás del divemaster y la cabeza la veía ya borrosa. Vimos la cabeza de una langosta y llegamos a otra cueva en la que habían dos tiburones puntas blancas, estos se fueron más rápido. Luego estabamos subiendo para volvernos y Fabio me dio una linterna y me hizo gesto de que apuntara en una cueva. Yo pensaba que era la cueva del principio pero no, había 3 tiburos, dos se veían enteros y otro solo se le veía el cuerpo porque estaba de espaldas. Me quedé mirándoles como 3 minutos, y Fabio me llamó para que fuera a una apertura un poco más arriba. Y desde ahí era otro sitio para mirar la misma cueva, y ahí nos dimos cuenta que el tiburón que no se veía del todo era el más grande de todos, se le veía la cara.
CevicheCevicheCeviche

estilo mediterraneo
Era de aproximadamemte 1,20 metros, según Fabio. Salí a la superficie con una sonrisa que tardó horas en quitárseme de la cara (Sonia puede verificarlo).

Entretanto, Sonia estaba en la playa, leyendo un libro que compró en el aeropuerto de Nueva York, y que según pone la cubierta, "Les gustará a los Twilight...". Sonia esperó a Tamim para la comida, todos los demás comieron a las 12h30, y nosotros comimos solos (con Fabio), a las 14h30. Comimos un pescado blanco que cocinaron ahí mismo, en fuego de leña. Un pescado con cebolla, tomate, limón, pimiento verde y rojo. Estaba... riquísimo! El postre: un cuarto de piña cortadita... mmmmm!
Nos quedamos un poco más en la playa y a las 15h nos pusimos de nuevo en marcha para regresar a Montezuma. No nos dio mucho tiempo a que se asentara la comida... y el viaje de vuelta estuvo bastante movidito (un tanto más que el de ida)... pero... de repente, vemos un delfin saltando. Luego otro, y luego más. Por lo visto, les gusta las olas que hace nuestro barquito y van saltando a su alrededor. Impresionante, si sacas el brazo de la barca, igual lo tocas.
Nos olvidamos de
Llegando a CocoloresLlegando a CocoloresLlegando a Cocolores

No se aprecia muy bien, pero asi os haceis una pequena idea.
las turbulencias y llegamos al destino sanos y salvos.

Antes de volver para el hotel, pasamos al supermercado a por unas cervezas y unas papas fritas (como las llaman aquí) para el apertivo, y para hacer un poco de tiempo antes de la cena (en nuestra línea, comprando comida para hacer tiempo para la cena). Volvimos a nuestro sitio preferido del hotel, frente a este maravilloso jardin y el océano y acabamos de poner al día el blog hasta lo que nos dio de tiempo (día 7). Entre lo extenso que se hace un día contado por Sonia y el hambre de Tamim, hubo que cortar un poco la escritura para irnos a cenar. Siendo nuestra última noche en Montezuma, decidimos darnos una cena homenaje en Cocolores (el restaurante del Ceviche). Ahí que vamos!

LLegamos al restaurante, delante de un grupo de italianos, esperando a ser atendidos, y de repente, vemos como el grupo de italianos se nos adelanta para coger mesa antes que nosotros. Sonia casi les muerde. El encargado (que nos había atendido dos días antes, nos reconoció y vio la jugadita). No pasa nada, queda sitio para todos así que no hizo falta decir nada. Pedimos el menú, y medio litro de vino blanco, esta vez , Sauvignon Blanc.
Como no, ya teníamos bien decidido que ibamos a pedir ceviche. Aquí lo hacen de manera un poco distinta pero esto ya lo explique el otro día (Estilo Mediterráneo). Bien, además del Ceviche, para compartir esta vez (porque Tamim no tiene intención de perdérselo dos veces seguidas), pedimos unos camarones "Jumbo" a la plancha y en caso de quedarnos con hambre, ya pediríamos más. Pese a lo que dice el padre de Sonia- muy sabio por otro lado- "Cuando tienes un buen recuerdo de algo, es mejor no repetir porque siempre corres el riesgo de que te decepcione. Dejalo ser un buen recuerdo"- en el caso del ceviche, temíamos que pasara esto, pero no fue el caso. ¡Qué maravilla! ¡Tenemos que probar a hacer esta receta en casa!
Luego damos pasitico a los camarones. Están... cortados por la mitad a lo largo. Y están... para chuparse los dedos... Nos quedamos con hambre. Vuelta al menú. Todo parece apetecible así que le pedimos a nuestro camarero que nos oriente. El pollo curry platano es un "must" de la casa... ¡OK! ¡Qué maravilla! Pollo en salsa de curry picantona con platano fresco cortado y mezclado en esta salsa de curry. Le da un punto muy original y untuoso, mezclado con arroz blanco, otra delicia culinaria del viaje!... Más vino blanco... y luego una Caipirinha para Sonia, ¡la mejor de todas!

Regresamos al hotel, contentos, cansaditos y listos para dormir nuestra última noche en este hotel de ensueño. A las 22h y poco ya estabamos roncando.
Mañana toca ruta hacia Manuel Antonio para ver si nos da tiempo a ver a nuestros amigos americanos, que ese iba a ser su último día allí y con los que habíamos quedado.

Por cierto, nos olvidamos de lo más importante... aquí en Costa Rica, tienen costumbre decir "!Pura Vida!" en todo momento, para todo lo bueno. Así que... PURA VIDAAAAAAAAAAAAAAAAA!


Advertisement



Tot: 0.097s; Tpl: 0.012s; cc: 12; qc: 52; dbt: 0.0541s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1; ; mem: 1.2mb