Tirolinas y retortijones.


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Published: September 14th 2012
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Vamos con el siguiente capítulo, bros!

Hoy ha tocado cambio de ciudad. Lo cierto es que en La Fortuna, además del volcán, poco hay más que hacer salvo vegetar. No es posible hacer algún trekking por tu cuenta por la falta del volcán. Hay un cerro al lado del volcán al cual me gustaría haber subido, pero con el agua que cayó, cualquiera se atrevía a subir. De hecho, cerraron la entrada a esa zona del monte porque cayeron árboles al camino y a la catarata y había demasiado peligro como para andar con tonterías.

Así pues, esta mañana he pillado una combinación de furgo-barca-furgo, para llegar a Monteverde. Con esta combinación de transporte, acortando por el lago Arenal, te ahorras unas cuantas horitas del ala de autobús público, así que, a desembolsar unos cuantos dólares de más. Pero bien empleados, oiga!

De hecho, al llegar a Santa Elena, me ha dado tiempo a alojarme en el hostel (tiene una pinta de liarse esta noche una tunda gorda, gorda, por aquí…) y de aprovechar y hacer canopy, o tirolina. Esta ciudad es la capital de la tirolina en Costa Rica. De hecho, este país fue el primero en utilizar esta curiosa forma de desplazarse. Ya sabéis, cuelgan unas sirgas de punta a punta del valle, y ahí que te lanzas colgado con unas poleas. Al principio da un poco de canguelo, pero en cuanto le pillas el truco es una maravilla.

Además, estaba yo solo para hacer todo el circuito, con los dos monitores todo el rato aconsejándome. Y de paso, como estábamos tranquilos y teníamos tiempo de sobra, me iban enseñando y comentando la flora que íbamos viendo. Ha estado chulo. Lo cierto es que podían haberse limitado a hacer el recorrido de prisa y corriendo, pero los tíos se han portado.

Aunque también he de decir que los dos eran unos zorros de cuidado. Me han empezado a contar lo que les hacían a las chicas cuando iban a tirarse en puenting y demás y yo me partía la caja, jajajaja En fin… buena gente, como la mayoría de los ticos.

La actividad que he contratado, además incluía el “supermán”, que es lo mismo que la tirolina, pero te cuelgan hacia abajo y tú no te sujetas con nada, vas rodando hacia abajo sujeto con dos poleas. Por eso lo de supermán, porque parece que vas volando como él. He grabado un vídeo mientas lo hacía y realmente acojona solo de verlo. Ya os lo enseñaré. Tremendo!!!

Y por último he hecho un puenting como dios manda. Fuera miedos!! 100%!r(MISSING)ecomendable! También hay vídeo, así que ya sabéis, a la vuelta os enseño.

Después de esto me he bajado al albergue a descansar un poco, a escribir y a esperar la hora de cenar con una birra, que ya toca.

Realmente, he parado en este pueblo por lo de la tirolina. Ya que estoy aquí tenía que probarlo sí o sí. De aquí seguiré camino hacia la costa del Pacífico, a Quepos. Pero eso vendrá más adelante.

Hasta enconces por aquí me quedo, a ver lo que se cuece.

Saludacos!



Next day...

Antes de empezar con el día de hoy, tengo que contar cómo acabó el día ayer.

A eso de las nueve de la noche, salí del hostel en busca de un restaurante o una soda para cenar algo. Había hecho una comida frugal, y yo, por lo menos, una comida decente al día necesito.Salvo imposibilidad manifiesta, claro…

El tema es que le pregunté al chico del hostel por algún restaurante y me dijo que a esas horas tan tardanas (las 21:00 es muy tarde aquí para cenar… y yo que antes de las 23:00 no lo hago en Zgz… en fin…) el único sitio en el que podría cenar era el “Bar Amigos”.

Pues vale. Allí que me fui… Cuál fue mi sorpresa cuando entro al garito y me encuentro con una pistaca de baile enorme, con luces de discoteca y demás. En la parte de arriba sí que había mesas con gente sentada pero… aquello era una disco en toda regla. Tras mi sorpresa inicial le prengunté a un camarero del local y me dijo que claro, por supuesto que podía cenar allí. En fin, todo muy extraño.

De lo que vi en la carta, me pillé arroz con pollo y ensalada. Tampoco quería llenarme demasiado. Y mientras tanto, yo iba observando la pista de baile, claro. La peña allí estaba bailando salsa y demás…. Y todo iba guay, hasta que el camarero va y me trae la cena. Efectivamente, allí había arroz y pollo, pero con un montón de verduras y un mangazo de curry que olía a cinco metros vista. Me cagué en el cocinero cincuenta veces. El curry de los cojones!!! Sólo de olerlo me pongo malo!!! Pero bueno, no había otra opción que comerlo. A cerrar los ojos y al buche.

Con más orgullo que otra cosa me comí la cena y me tomé una cerveza. Y nada más, porque ya barrunté que aquello no me había terminado de sentar bien. Así que me largué en cuanto terminé la comida al hostel.

Y allí, en cuanto me eché a dormir ya empecé a sentir la hormigonera estomacal dar vueltas al pollo, al arroz, al curry y a la madre que lo parió!!!!!!!! Resumiendo: a mitad de noche he forzado el vómito de la cena y listo. Muerto el perro…

Pero claro, después de devolver, aunque no sea muy grave, yo me quedo hecho unos zorros. Así que incluso me he planteado la posibilidad de quedarme un día más en el hostel y al día siguiente ya vería lo que hacía. Pero al final he decidido seguir el plan que tenía hecho desde ayer: pillar dos buses y plantarme en Quepos, tras 6 horas de “ameno y pintoresco” viaje!

Y así lo he hecho. Las dos primeras horas han sido bastante jodidas, pero bueno, luego me he ido recomponiendo.

Lo cierto es que lo de viajar en bus por el país que estas visitando, es una manera, perfecta para mí, de juntarte con la gente local, hablar con los que se sientan alrededor, y también de contemplar el paisaje. Las veces que he alquilado coche fuera de España… por supuesto que te da muchísima independencia, pero por otro lado te priva de relacionarte con los locales y disfrutar del trayecto. Entre el gps, el mapa y demás, se montan unos ciscos que al final no te enteras de nada!! Pues eso, para gusto… distintas opciones.

Al llegar a Quepos, he ido directamente a alojarme en el hostel llamado la “Bocarrana”!. Como os lo digo. Ellos dicen la “rana bocona”, pero en maño se traduce bocarrana en toda regla!! Jajajaja A pesar del nombre, el hostel está guay. Tiene piscina, un patio muy chulo, cocina común, sala con tele para ver pelis… en fin… Y como aquí empieza ahora la temporada baja, no hay ningún problema en pillar cama sin la necesidad de reservar. Genial!!

Al llegar me he echado directamente a la cama, a recuperar fuerzas y después he ido a cambiar pasta al banco, comprar algo de comida y dar una vueltecilla por el pueblo.

Casi toda la tarde se ha pasado lloviendo a mares. Suele ser la tónica habitual. Las mañanas son secas o nubladas, pero a partir de las 14:00 suele empezar a caer bastante agua. Normal… estamos en la estación de lluvias.

A pesar del clima, da igual. En cuanto salgo a la calle, esté lloviendo o no, intento empezar conversación con algún lugareño que esté por la calle sin mucho estrés. Y siempre he tenido conversaciones agradables, contándome cosas del país, de la ciudad o de cómo viven ellos por aquí. Por primera vez en mis viajes, me siento con total posibilidad de compartir información con los paisanos. En este sentido, como me decía una pareja de canadienses esta mañana, para mí es muy fácil moverme por aquí. Por fín ,claro que sí!!!! Enseguida preguntas y te responden amablemente. Y los guiris van ahí, como con miedo… como cuando yo voy por el resto del mundo preguntando al personal en mi inglés precario, claro!!!! Realmente, no pensé que el idioma me daría tanta suficiencia…

Y ahora estoy aquí escribiendo tranquilamente, escuchando salsa por los altavoces del patio del albergue, más a gusto que pa´qué! Hoy tocará cena liviana, a ver si se asienta por fin el estómago.

Mañana os cuento más. Tengo preparada una ruta por el Parque Nacional Manuel Antonio. A ver qué tal se da la cosa.

Abrazos!!

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