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Published: December 15th 2008
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Imaginad un sitio en medio de la selva, accesible solo por medio de tortuosos caminos de tierra solo transitables a menos de 30 Km/h, con solo tres calles pavimentadas, a no menos de 6 horas de viaje, y de aprox. 1000 habitantes. Un sitio remoto, que sobrevivía de la agricultura de subsistencia, que hace 4 años prácticamente desconocía el mundo exterior. Ahora imaginadlo totalmente lleno de backpackers de todas partes del mundo en busca de ecoturismo, del típico estilo rural relajado… pero sobre todo, de lo que ha hecho famoso este destino entre los círculos viajeros: el tubing.
A ver ¿Qué es el tubing? Vang Vieng está atravesada por un rio. A lo largo de sus orillas, se encuentran bares con cojines en el suelo, tarimas, balancines para lanzarse al agua desde más o menos 3 metros de altura, buena música controlada desde ordenadores de última generación y “buckets” (cubos de playa infantiles) a tope de Lao Lao (licor artesanal de arroz de 55%) mezclado con el refresco de tu preferencia a 3 euros. Entonces… te llevan a un extremo del rio del pueblo en tuk tuk. Te dejan allí con otr@s 50 más como tú. Aparece un chico que
te invita a beber mojitos por 1,5 euros para recaudar fondos para ayudar a los niños del pueblo. Accedes. Y luego, coges una tripa de caucho de camión y te dejas llevar por la corriente del río. El paisaje está intocado, a excepción del los bares chill out desde donde los nativos te tiran cuerdas para “rescatarte” del río y para que te bajes a beberte unos “buckets” o les aceptes shots gratis.
Y así puedes pasar el día. En una tripa, flotando con colegas recién conocidos, admirando montañas y un paisaje selvático simplemente impresionante, con un bucket en la mano. Entre debatiendo si nos dejamos rescatar por el siguiente bar o admirando las montañas, los helechos, los árboles y el atardecer mientras sorbemos LaoLao con Red Bull.
De regreso al pueblo, hay dos opciones básicas: ver Friends (solo emiten Friends en todas partes y a todas horas) mientras comes o bebes en una de las tantas chozas convertidas en restaurantes, con cojines en el suelo y mesas bajas, prácticamente acostado… o cruzar uno de los 3 puentes colgantes que te lleva a la zona de bares. Los dos bares más populares son Sunset bar (en happy hour,
compra un bucket por 3 euros y te regalan un porro) y el Bucket Bar (compra un bucket por 1 euro, te dan otro gratis y el sábado, una camiseta por bucket).
La opción de los bares, hay que decirlo, es para hardcore party people. NO es juego de niños o Ibiza, donde puedes confiar en la poli y te llevan a casa. No. En un país donde tener sexo con laotian@s si no estás casad@ con ell@s o poseer la más mínima cantidad de droga está penado con un mínimo de 10 años de cárcel de Laos donde de paso no sirven comida, portarse mal no es broma.
Por cierto, no busquéis embajadas o consulados a menos de 6 horas de camino (sujeto a disponibilidad horaria de los autobuses)
Ahora a ver donde encajamos en esta historia los flyers promocionando maría gratis por la compra de un bucket, l@s laotian@s promocionándose a solter@s totalmente borrach@s después de las 9 de la noche y los free shot times, que como ya suponéis, no es más que momentos en los que una persona de la barra aparece con una botella de vodka o similar a repartir vasos gratis.
Todavía recuerdo
a ese anciano laotiano en nuestro último día allí, diciéndonos: Lao Lao, veeery bad Lao Lao, hahaha.
Extraño ¿no? Pero cierto. Así es. Es bonito y retorcido. Especial, único y peligroso. Así es Vang Vieng. No dejes de ir, pero no digas que no te avisaron.
I.
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Silvia
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Cuidadín con los bichos!
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Halladas/1000/especies/nuevas/escondidas/sudeste/asiatico/elpepusoc/20081215elpepusoc_7/Tes