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Published: June 22nd 2011
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Tráfico, ruido, atascos. Estas seguramente no son las primeras palabras que esperas oir de Bali. Nosotras al menos no lo esperábamos. Motos, coches, cláxones sonando cada 10 segundos, gente por todos lados, construcciones que crecen como setas en el bosque, tienda tras tienda, bares con la música que te tiembla el estómago al pasar...Parecía que estábamos en Benidorm. Pero no, estábamos en Bali - concretamente en el Sur de Bali (Kuta y Seminyak). Pero a pesar de nuestra primera (y bastante mala) impresión de Bali, conseguimos digerir nuestra decepción mejor de lo pensado.
En nuestros primeros dos días en Indonesia, decidimos hacer el clásico tour de alquilar moto (corriendo el riesgo de ser parados por la policía que 'impone multas por infracciones inexistentes' a todo aquel que sea guiri) y recorrer las principales playas del lado Suroeste de Bali. Las motos en Bali son un elemento esencial de la isla. Tanto que se registran 5000 nuevas motos cada mes!! A pesar de perder mucho tiempo en la carretera aunque las distancias no eran muy grandes, conseguimos ver cómo muchos surfistas dominaban las olas. Las playas de arena volcánica negra dejaron de ser salvajes hace tiempo y los edificios en el litoral
se han convertido en una constante.
Vimos los atardeceres en los sitios más recomendados (y muy a nuestro pesar, también frecuentados por otras 400personas que llegaban en autobuses) y conseguimos ver algún baile balinés tradicional en el que las bailarinas parecían ser muñecas de porcelana. En mercados locales comimos sabrosas gambas de tamaños descomunales, satay y arroz al estilo indonés con huevo frito y craquers de gamba.
También fuimos con un coche con conductor (suena muy glamuroso, pero no os confundáis) para ir a Ubud, una pequeña ciudad en el centro-sur de la isla famosa actualmente por la película "Come, reza, ama". El encanto que se desprende de esta ciudad en la película se ha esfumado con la avalancha de turistas que ahora la visitan. Y el humilde señor que le leía la mano a Julia Roberts en la peli cobra ahora más de 40euros por sesión...
Hicimos parte de nuestros planes con tres españoles muy simpáticos (que resultaron ser amigos de una amiga de Madrid), con amigos que conocimos en Tailandia y que reencontramos en Bali y nos hicimos amigas de una camboyano-australiano que vivía en la isla. No nos faltó vida social, cena y salidas
Byoncee?
This was Ani's new best friend for the night! nocturnas curiosas, como pudo ser un concurso de drag queens imitando a Beyoncé en el que un amigo hacía de jurado y en el que el/la primer@ concursante fue directamente a Ani a bailarle de cerca...
Decidimos 'huir' del Sur de Bali a los dos días de aterrizar para ir a las Gili Islands de Lombok donde nos aseguraron estarían las playas paradisíacas que no encontramos en Bali. No obstante, a la vuelta de nuestra Gili experience, decidimos darle una segunda oportunidad a Bali y recorrer el Noreste de la isla en moto. Fuimos a Amed, un pueblecito pesquero desde donde se pueden hacer buenas excursiones de buceo. Con nuestra moto recorrimos la carretera a lo largo de la costa y parte del interior de la isla. Lejos de todo turista, descubrimos el verdadero Bali.
A lo largo de la serpenteada costa había playas de piedra oscura donde se amontonaban barcos de pesca. Acantilados contra los que chocaban las majestuosas olas. En el interior, las frondosas montañas acogían las terrazas de arrozales en sus laderas. Verdes intensos que alegraban la vista. Flores de todos los colores. Plantas con hojas gigantes. Vimos a campesinos trabajando en los arrozales, el arroz
secándose en el borde de la carretera, mujeres transportando piedras o plantas en un cesto sobre la cabeza, niños saludándonos al pasar. Nos perdimos por una carretera de montaña en la que nos topamos con una ceremonia religiosa con cientos de balineses vestidos de blanco. Pudimos visitar tranquilamente más de un templo hindú que encontramos escondidos entre la selva tropical balinesa así como el palacio Taman Ujung de principios de siglo XX conocido por ser el palacio de agua donde los reyes de la época ibana descansar. También vimos alguno de los 73 ríos que desde el año 2009 se han secado (el incremento del consumo de agua dulce se ha desatado en los últimos años debido a las nuevas construcciones, nuevos campos de golf y sobrepoblación que sufre esta isla).
También descubrimos que Bali es la isla de las cometas. A lo largo del día puedes ver cientos de ellas volar agilmente y muy alto sobre las casas, los arrozales y las playas. Más de una vez nos planteamos la posibilidad de comprar una y volarla nosotras mismas...pero el resultado podría haber sido desastroso!
La comida también es un elemento a destacar de esta isla. En perjuicio
de nuestra operación biquini, se puede comer bien y barato en la gran mayoría de los sitios. Además se puede encontrar todo tipo de comida, desde la asiática de lo más variada hasta el más exquisito de los chocolates belgas (pudiendo pedir jarritas con "extra chocolate sauce"). Eso sí, no intentes pedir un manchado - poco café y mucha leche. Es algo que durante nuestra estancia en Indonesia ha sido imposible conseguir.
Bali nos ha gustado y disgustado. Mucha gente local o afincada en la isla desde hace tiempo nos asegura que Bali ha cambiado en los últimos dos años. Siempre ha sido un referente turístico, pero los atascos y la construcción descontrolada son algo más bien reciente. Bali es una isla para perderse y huir del turismo salvaje que poco a poco la va destrozando. Menos mal que todavía quedan pequeños detalles que mantienen el epiritu y las costumbres balinesas.
Xox ani & viky
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