Día 28. Varanasi, viaje a Delhi.


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January 31st 2009
Published: February 3rd 2009
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Resumen de las actividades del día: Este día no hubo ninguna actividad específicamente turística. Viaje en tren hasta Delhi. “Negociación” y hospedaje en el hotel Hari Piorko. Cena en restaurante Malhotra

El tren con destino a Delhi sale a las 00:30 hs. Es nuestro último viaje en tren y nos toca menuda paliza, la hora estimada de arribo a Delhi es las 12:30 del mediodía. Exactamente 12 horas de viaje. Nuestro tren es el Swatantrta Express y deberá recorrer 762 km. En Orchha nos habíamos encontrado con una pareja de argentinos que habían comenzado su viaje en Delhi y estaban haciendo un itinerario semejante al nuestro pero a la inversa; es decir, su primer viaje había sido Delhi-Varanasi, luego Khajuraho, etc. Decían haber comenzado el viaje con el pie izquierdo porque el tren se había demorado y tardaron 18 horas en llegar a Varanasi. Para la IRCTC habían sido sus primeras maldiciones en India. 😞

Llegamos a la estación con bastante anticipación. No teníamos otra cosa mejor que hacer. Al menos ahí tendríamos una sala de espera. En algunas estaciones hay una sala especial para pasajeros de primera y segunda clase. En Varanasi sí había, pero estaba ocupada totalmente por nativos que estaban ahí durmiendo. Su aspecto no parecía coincidir con el de los pasajeros que viajan en esas clases. Así que, tocaba esperar en la plataforma. 😞

Al rato de esperar salgo al exterior de la estación, donde están los aparcamientos. Mientras camino veo a dos hombres que estaban orinando contra una puerta. Me detengo unos segundos y otro que pasa me dice que si quiero que también puedo hacerlo ahí, que es un buen lugar para orinar. Le digo que no, que muchas gracias. Interpreta que no me siento cómodo orinando ahí, entonces me señala otra puerta que está más alejada y que parece ser la entrada de algún despacho que funciona en horario diurno. Le vuelvo a agradecer. No sé si se habrá enterado que yo no quería orinar y que si hubiera querido, hubiese ido a los lugares “oficiales” dentro de la estación. 😱

Avisan por altavoces cual era la plataforma desde la que saldría nuestro tren. Para acceder a ese andén hay que cruzar por un puente. Mientras subo las escaleras noto que mi pie pisa algo blanduzco pero no sé que es porque estaba en la oscuridad. A los pocos pasos
Estación de ferrocarril de VaranasiEstación de ferrocarril de VaranasiEstación de ferrocarril de Varanasi

Sala de estar... de estar durmiendo
huelo un olor un tanto raro que proviene de mis zapatillas. Hago elucubraciones. Sé perfectamente cuál es la materia, sólo me falta identificar la especie; porque las vacas de Varanasi suben las escaleras en los ghats, pero no creo que lo hagan en la estación de ferrocarril. En fin, no quiero ahondar en el tema, pero que sepan, que sin pasto es muy difícil limpiarse el calzado. Por supuesto que Lola me consoló diciendo que era un augurio de buena suerte y que pensase en un número para jugar a la lotería. 😞

El tren salió a la 1:20 hs de la madrugada. Esta vez nos tocaron las camas laterales, que son más angostas que las demás y que están dispuestas en forma paralela al eje principal del tren. Con el balanceo incesante del tren en forma arrítmica, no sé cuál es el tipo de litera con el que se viaja más incómodo. De las dos literas, yo ocupé la superior y dejé que Lola ocupase la inferior que es la que resulta más cómoda para movilizarse y tiene menos balanceo. Además, el aire acondicionado (que sí funciona… y mucho) sale desde el techo y la manta a veces no resulta suficiente para guarecerte del frío. Bueno, cerré la cortina y me aislé del resto de los pasajeros. Me tomé un hipnótico y pude dormir bastante bien, dentro de lo que se puede esperar. Me desperté a las 7:00 hs.

Al poco rato pasa un hombre por el pasillo. Me habla en hindi. Lo miro. Continúa con su discurso. No respondo. Por los gestos interpreto que me hace una pregunta. Le digo si puede hablarme en inglés. Sí, es bilingüe. Me ha confundido con un indio, sin más! El color moreno de mi piel o el olor de mis zapatillas pudieron desorientarlo… o quizás un mes sea el tiempo necesario para mimetizarme. 😱

Durante el trayecto los camareros del tren aparecían de vez en cuando ofreciendo chaí y a veces algo de comida. Al mediodía pasan ofreciendo el almuerzo, a la carta. Haces tu pedido y al rato te traen tu bandeja. Nosotros no lo hemos pedido, sin sospechar que el viaje se podría demorar… tanto. 😞

Por la ventanilla el panorama que se observa no cambia con respecto al resto de India. De a ratos cruzamos por zonas donde vemos que a la vera de las vías hay conglomerados de gente que viven en rudimentarias tiendas de lona. Bueno, no llegan a ser tiendas. Apenas una lona soportada por cuatro estacas. Debajo solo se ve una manta y los cacharros necesarios para hacerse la comida. Nada más. Son todas sus pertenencias. Su vida y su economía no difieren demasiado de la de algunos de sus coterráneos que conducen tuc-tucs en las ciudades. Muchos de éstos últimos no tienen ni siquiera techo y duermen en el mismo tuc-tuc en el que trabajan en el resto del día. Ah! A veces, ni siquiera es suyo el tuc-tuc… pagan un alquiler para trabajar en las destartaladas bicicletas. 😞

Comemos algunas pakoras de las que pasan vendiendo los camareros y algunas galletas dulces que aún nos quedaban. El viaje se prolonga por razones que ignoramos, pero ya es nuestro último viaje en tren y el retraso no cambiará nuestro humor. Llegamos a Delhi a las 18:40 hs. Dieciocho horas de viaje. Estábamos avisados!! 😞

Desde la estación de ferrocarril nos dirigimos a la calle Main Bazar, la principal del barrio de Paharganj. El barrio ya lo conocíamos, con todo el camino recorrido ya no nos sorprendía. Solo
Delhi, Hotel Hari Piorko, en PaharganjDelhi, Hotel Hari Piorko, en PaharganjDelhi, Hotel Hari Piorko, en Paharganj

Con TV satélite... que funciona!
queríamos encontrar un buen hotel. Cuando habíamos estado por primera vez en Delhi habíamos solicitado nos reserven una habitación en el hotel Cottage Crown Plaza, en el que habíamos estado. El precio era de 700 Rs. Ahora supusimos que podríamos encontrar alguno mejor para dar broche final al viaje y que, sin reservas podríamos obtener un mejor precio.

El proceso del regateo. Ejemplo práctico: El método empleado para la contratación del hotel, tal como lo habíamos leído en algún foro. Uno de los dos se queda en las cercanías, con las maletas y el otro va a negociar. Con el semblante lo más fresco posible, que no denote cansancio, sin mochilas al hombro que revelen que existe urgencia por conseguir habitación. El responsable de la tarea, en principio, era yo. Luego Lola confirmaría, pero lo habitual era que coincidamos. Ya teníamos bien claras nuestras expectativas y requisitos mínimos de confortabilidad.

Entré en 2 o 3 hoteles, que tenían un aspecto exterior que nos resultaba aceptable, pero las habitaciones no terminaban de convencerme. Al fin dimos con el hotel Hari Piorko. No está en las guías, apenas tiene publicidad en Internet, pero me gustó. Es como un hotel de
Delhi, Hotel Hari PiorkoDelhi, Hotel Hari PiorkoDelhi, Hotel Hari Piorko

Una vista del interior del hotel
3 estrellas español, aunque a estas alturas parecía de 5. Como en todos los hoteles tienen distintas habitaciones con distintas tarifas. Por la que me gustó me pidieron 1400 Rs. Regateé todo lo que pude. El precio bajó hasta 1100. Yo ofrecía 900 Rs. Que sí, que no, que sí, que no. Voy a buscar a Lola para que vea la habitación. Entramos nuevamente y la vemos los dos. Sí, nos gusta y mucho. Era la mejor habitación de entre las que habíamos estado en todo el viaje. Insisto ante los dos empleados de recepción diciendo que es nuestra última noche en India y que no nos queda más dinero, pero que la habitación nos encanta. Dan su último precio: 1000 Rs. Ponemos cara de víctimas y decimos que lo lamentamos, pero que si pagamos 1000, no nos quedaría dinero suficiente para la comida. Nos vamos, esperando que “se apiaden” de nosotros y nos llamen para aceptar nuestra oferta. Nada. Caminamos muy despacito por el pasillo, hasta llegar a la salida, para darles tiempo a que nos llamen. Nada. Nos quedamos en la puerta, tras el escaparate de cristal, esperando que salga uno de los dos empleados a rescatarnos como clientes. Nada. Lo que tantas otras veces había resultado ser una técnica efectiva, aquí no surtía efecto. 😞

Aclaración: El ejercicio del regateo que pudiera parecer vergonzoso en países occidentales, es la norma en India y en otras muchas culturas. Visto a la distancia no parecería justificarse el desgaste por ahorrar 2 o 3 euros, pero es una rutina que se repite en cada transacción comercial y a la que te acostumbras. Nunca debe hacerse en tono beligerante. Es una especie de juego en el que tú te deberías divertir, sin que se vaya en ello tu energía, ni mucho menos tu vida. Pero sabes que en este juego, en muchas ocasiones puedes ahorrarte un 30, un 40 %!,(MISSING) o aún más. Continúo con el relato...

Mientras estábamos en la puerta se nos acerca un nativo (de profesión, comisionista) ofreciéndonos otro hotel. Le decimos que no, que éste es el hotel que nos interesa.

Bueno, ya estaba bien de paripé. La habitación nos interesaba y la ocuparíamos, ya sea por 1000 o por 900 Rs. Volvemos a entrar… detrás de nosotros el comisionista. Mientras nosotros terminamos de negociar el precio definitivo con un empleado, el comisionista tratando de convencer al otro de que él era quien nos había traído hasta el hotel. Obviamente, al comisionista no le creyeron que nosotros estuviésemos ahí por su gestión. A nosotros tampoco nos creyeron que no teníamos más dinero, pero nos dejaron hospedarnos por 900 Rs con la condición de que recomendáramos el hotel a futuros viajeros. No lo haré, no hace falta… el hotel se recomienda sólo. Mirad las fotos y comparad con otros del mismo precio. 😊

Luego de dejar las mochilas nos fuimos a pasear por el barrio y terminamos cenando en el restaurante Malhotra "non vegetal”. Una de las recomendaciones en las que la Lonely no ha fallado. De postre tomamos lassi, uno natural y el otro con sabor a banana. Ambos exquisitos.








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