Mamá es una artista

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Cuando uno vive en un país culturalmente tan distinto, tiene dos opciones. Quedarse paralizado y lamentándose de todo lo que no puede hacer, o buscar qué es lo que si puede hacer y hacerlo. Afortunadamente Mariela es de las que están en el segundo grupo, con lo que hay días que no le alcanza el tiempo para hacer todo lo que se propone.

En Libia ha sacado a relucir sus capacidades organizativas y sobretodo las artísticas. En cuanto a las artísticas podríamos decir que su estilo tiene un poco de: Van Gogh, Picasso, Pedro y Santino juntos, Verónica la madrina, Da Vinci y Normita Rodriguez.

Les ayudó a pintar dibujos a los chicos, que luego encuadró. Hizo cuadritos con fotos y recortes de figuras de tango, y pintó. Pintó todo lo que no se corría de delante de su pincel. Alguna mancha les ha quedado a los chicos, a mí, a Emilia, a mi papá que justo estaba de visita y a alguna mosca perdida que revoloteaba por ahí.

Pero eso si, el resultado ha sido extraordinario. La habitación de los chicos quedó con una decoración marina digna de ser admirada. Esta habitación va a quedar en la historia de Regatta, así como la Capilla Sixtina quedó en la historia de El Vaticano.

En el centro de la obra de arte hay dos niños navegando en un velero, cuyas manos fueron impresas por los mismísimos Pedro y Santino. Los chicos están contentísimos con el diseño de su habitación y yo con el tema. Sin dudas tienen destino náutico.

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