Costa Rica. Pura Vida.En memoria de Nuestro Amigo Rafa.

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(...) Tocaba abandonar la Fortuna, próxima parada Monteverde...

DIA 4

Esta vez el traslado era Van/Boat/Van, es decir en furgo, lancha y de nuevo furgo. Nos salía 18$ por cabeza; una furgoneta nos recogía en el albergue y tras 1/2 hora de trayecto llegabas a un embarcadero y te montabas en una lancha. Recuerdo que llegamos los últimos y ya estaba completa exceptuando unos asientos al final. En la parte delantera había unas chicas adolescentes de unos 25 años, y una de ellas se quedó mirando fijamente a Rafa, éste se dió cuenta y no evitó su mirada mientras caminaba por el pasillo hacia la popa de la embarcación estableciéndose una comunicación silenciosa donde ninguno apartaba la vista y que duró hasta que el cuello del colega no pudo torcerse más. Rafa nunca se negaba a las confrontaciones directas, en las distancias cortas el contrincante siempre llevaba las de perder. Paco y yo flipábamos sabiendo que Rafa no necesitaba abrir la boca para ligarse a la primera que se le pusiese por delante, y lo que es peor, lo hacía sin querer.

El paseo duró unos 45 minutos, bordeando de nuevo el volcán, y nos sirvió para relajarnos y seguir bromeando acerca del magnetismo de Rafa para con el sexo contrario. 10 minutos antes de llegar el guía nos asignó la furgoneta número nueve, y cual fue nuestra sorpresa cuando al llegar nos encontramos que íbamos a compartir el viaje con las 4 chicas. Eran israelitas, de vacaciones buscando fiesta y practicar salsa; habían abandonado la Fortuna hastiadas de no encontrar diversión, y volvían a Monteverde donde sí que lo habían pasado bien. Eran Raquel, Liot, Michelle y Tair; pero desde aquel momento se convirtieron en el Comando Fiesta. Casualmente habían reservado habitación en el mismo albergue que nosotros en Santa Elena, el pueblo turístico enclavado en el corazón de Monteverde. Nuestro campamento base iba a ser una habitación de 10$ por cabeza en el Backpackers Santa Elena, el sitio más hippy donde habíamos estado; un descontrol de gente pululaba de un sitio a otro del local cargando mochilas y calderos, jugando a las cartas o tomando cerveza; muy divertido, y la música sonaba ininterrumpidamente hasta que anochecía, desde rock, new age a ská. Flipante.

Tenía un pequeño porche con una hamaca y varias mesas para sentarse dentro y fuera del local, la gente se compraba la bebida y se emborrachaba allí mismo. El local estaba comandado por un gay de mediana edad y su efebo de no más de 20 años llamado Marco, un muchacho encantador. Como habíamos llegado a una hora prudente aún nos quedaba tiempo para hacer Canopy, que es como llaman aquí a las tirolinas, y las contratamos allí mismo, con un descuento de 5$ por cabeza, precio de estudiante. Al encargado sólo se le ocurre preguntar si estudíabamos, y Rafa sobre la marcha dijo: Hace falta carné de estudiante??? . Al NO por respuesta del muchacho, Rafa, raudo como el rayo replicó con un sí firme y rotundo. En el fondo uno nunca deja de estudiar.


... Hacia las tirolinas, contratamos a la empresa Selvatura, había varias, pero nos decidimos por esta tras calibrar las demás ofertas. 30€ por jeta, 16 tirolinas, la última de ellas de un kilómetro de longitud bajo la atenta mirada del grupo de monitores, veinteañeros que se lo tomaban como si de una fiesta se tratara, vacilando con toda la peña, en especial con las pibas, unos auténticos zorros.

Al principio impone, pero seguimos la milenaria regla de: Si la señora de 60 años lo hace, nosotros también. El paisaje a nuestro piés es espectacular, si mal no recuerdo Parque Jurásico se rodó aquí. Y para finalizar un puenting de unos 20 metros que no pudimos rechazar ( si la gorda de sesenta años...)

Llegamos al hostal reventados y aprovechamos para avituallarnos, un poco de ron y par de birras. A medida que avanzaba la noche aquello se parecía más a un bar; nos sentamos en el porche con las judías y Rafa entró en acción: que si como se escribe mi nombre en tu idioma, que si te hago un retrato..., Rafa en estado puro. Al rato las tenía rendidas a sus piés. Yo me tiraba de los pelos y le decía:

- Tííío, todo claro, se están derritiendo contigo !!!!
- Victor, tío, yo estoy enamorado de Tibi
- IDIOTA !!!!

Ese era Rafa, el eterno seductor, se divertía llevando las situaciones al límite, pero ante todo sabía lo que quería, y lo que quería no estaba allí.

Mientras tanto el local se iba llenando de gente, Rafa intentó sacar una silla del interior y al preguntarle al encargado este respondió: Claro !!! Menos pegarle fuego al albergue puedes hacer lo que quieras!!!! . Me gusta la filosofía de este sitio.

Allí conocemos al Choma Francisco,nativo de la zona, un tío clavado al Joaquín Reyes de Muchachada Nuí que estaba por allí por el cachondeo que se formaba y que me comentó que cuando daban puerta en el hostal la gente se dirigía a una discoteca de los alrededores. Mis colmillos crecieron, pero los colegas no estaban con ganas, así que tras meditarlo concienzuda y friamente durante la eternidad de un segundo decidí salir por patas hacia donde se dirigía la muchedumbre, por supuesto sin avisar a mis amigos.

La disco estaba a unos 200 metros, con una austera pista para el dancing y escoltada por una zona de fumadores al aire libre decorada por la frondosa selva que se alzaba a nuestro alrededor. Encontré al Choma y nos dimos abrazos de alegría y alcohol. Preguntó por Paco y Rafa y respondí que estaban cansados.

- Pero si están ahí.
- Heyyy !!!! Al final vinieron, genial !!!!
- Dános las llaves del apartamento, y la proxima vez avisa de tus intenciones tio cafre.

No hubo forma de convencerlos, además sus caras no denotaban mucha alegría, más bien parecían un poco enfadados.

El Choma era un tío simpático, tocaba en un grupo y conocía a mucha gente del lugar, me cayó muy bien, era algo así como mi alter ego de Costa Rica. Con las prisas había olvidado de coger dinero y saqué del bolsillo un arrugado billete de 1 dólar y par de miles de colones, mierda, que falta de previsión!!!

Ahora estaba en una discoteca en el fin del mundo y sin un duro para echarme un cubata al buche.
- Joder Choma, no te puedo invitar a una copa. Emmm, aceptan tarjeta ???

Primera regla del viajero, no uses mucho la tarjeta
Segunda regla, no la uses de noche
Tercera regla, no las uses de noche, borracho y en una discoteca.

- 2 cubatas tío, y no me clones la tarjeta que soy pobre.

Ya estaba en mi salsa, así que...porque no????

- Tío, dos cubatas más y nos vamos

Cuarta regla, no tentar a la suerte dos veces con la tarjeta.

Discoteca cerrada y pal chozo. Entré en la habitación tropezando con paredes y mochilas, despertando al personal, que me miraban con una mezcla de odio e indignación.
Acabé con las israelitas que no daban crédito a sus ojos y entre incrédulas y asustadas me aguantaron una horita más.

5 DIA


Al día siguiente; tras mascullar un par de nunca mas-no vuelvo a salir, optamos por echarnos un desayuno en un buffet que nos aconsejó el Choma, al que volvimos a ver a las 10 de la mañana con una cerveza en la mano, que crack, seguía vivo de la noche anterior.
(desayuno/almuerzo 1000 colones c/u).

Recogida de trastos, despedida del Comando Fiesta y hacia QUEPOS, pueblo colindante al Parque Nacional Manuel Antonio, nos llevaría una furgoneta durante 4 horitas a 35$ por cabeza. Por suerte el viaje no fue muy duro, la furgo era muy cómoda y pudimos echarnos una sobada reparadora.

QUEPOS es pequeño, intentamos alojarnos en el Wide Mouth Frog (la rana bocona), pero un jovencito con pocas ganas de complicarse la vida nos dijo que no había plazas, así que directos al Hotel Sánchez, que nos había aconsejado Hugo, el pureta que nos había traído. Allí nos recibió Nieves Sánchez, mi prima, y por 35$ nos dió habitación con tele, aire acondicionado y 2 camas, no estaba mal, aunque el suelo apestaba a cloro.

Cansados del trayecto optamos por hacernos noche de televisión por cable. Las películas todas subtituladas, buena oportunidad para flagelarnos intentando acostumbrar nuestros oídos al sonido del esperanto del siglo XXI. Paco y Rafa, en plan parejita feliz compartieron lecho, el calvito fue el primero en caer, sus últimas palabras fueron:

-Estoy cansado de leer, hasta mañana

Odiaba el inglés, siempre se quejaba de que no sabía hablar. Pero en realidad no se le daba nada mal. Para Rafa cualquier cosa inútil que otro hiciera mejor que él le parecía algo sorprendente, sin embargo el gran abanico de cualidades que el poseía las definía como vulgares. Era muy humilde con sus aptitudes, no se daba cuenta del gran potencial que tenía.


6 DIA

A las diez de la mañana después de un gallo pinto, desayuno tradicional (arroz, frijoles, huevo frito, café y zumo. 3000 colones por cabeza) partimos hacia el Parque Nacional, cogimos la guagua y en 1/2 hora ya estábamos en la costa. Manuel Antonio es una zona muy turística, similar a lo que podría ser Puerto del Carmen en Lanzarote hace 20 años, con sus terracitas, tiendas de souvenirs y apartamentos, adornado por una extensa playa.

La visita al parque 10$ sin guía. Allí vimos monos, grandes iguanas y un tepezcuintle, una especie de rata-cervatillo-cangurosincola que despertó el deseo de lanzarle una piedra, aunque nos contuvimos (tampoco encontramos ningún proyectil), luego nos enteramos que es una especie protegida cuya carne es muy apreciada por los furtivos, pudiendo venderse a 60 dólares el kg. Joder con la rata gorda !!!! Con un poco de suerte podíamos haber acabado en el talego.

Sudamos como pollos durante el trayecto por el parque, la temperatura es alta y hay mucha humedad, por suerte hay varias playas dentro y pudimos darnos unos baños, eso sí, en aguas muy cálidas. Eso fue antes de llevarnos un susto cuando las aguas cercanas comenzaron a agitarse y varios peces saltaron atropelladamente

- Mira, peces voladores!!! dijo Paco.

Y una leche, algo parecido a una cresta, producto del nerviosismo de los peces, emergió del agua durante unas centésimas de segundo a unos metros de nosotros. Rafa y yo salimos a escape

- Pero tu has visto eso???
- Calla, calla. Que coños era?
- Ni puta idea, pero yo no me meto otra vez

Nosotros no, pero Paco seguía imperturbable retozando en el agua como si nada hubiera pasado. Ventajas de haber convivido con alacranes, tarántulas y demás fauna.

(Al hilo de esto. Si alguién ha oído hablar de iguanas pescadoras, o de algún otro bicho,y pudiera solucionarnos el enigma le estaríamos agradecidos)

Cerraban el parque a las 16:00hrs, pero aún tuvimos la ocasión de recibir un palmerazo cuando unos monos se movían de rama en rama para intentar birlarnos la mochilas y tumbaron una rama.

Un helado para hacer recuento del día y guagua hacia Quepos.

Nuestra idea era tirar para Tortuguero, pero los medios posibles eran muy caros, así que llegamos a la conclusion de que era el momento de volver a tomar el transporte público. Buscando info acabamos en la rana bocona, pero esta vez nos atendió Myriam, una granadina afincada allí.

Por supuesto turno para Rafa.

La chica nos dijo que si hubiera estado ella el día anterior podríamos habernos quedado allí, que putada, el sitio estaba además de barato, espectacular. Con una piscina, futbolín y un ambiente muy de nuestro agrado. Pero ya habíamos pagado a la prima Nieves por la segunda noche.

Tras deliberar decidimos hacernos un Quepos-San José-Tortuguero en guagua. Era un palizón, y vaya si lo sería. Cenamos en Soda Sánchez una buena comidita y a dormir que tocaba la odisea.



7 DIA

A las cinco en pié, recogemos y a la estación de Quepos. A las 6 parte el bus (2000 colones c/u) a Sán José, con quince minutos de retraso, lo que hace peligrar el siguiente enlace hasta Cariari, punto de partida hacia Tortuguero. Esto no huele bien, la guagua tras 4 horas y media llega a Sán José, con un retraso de 30 minutos. Estamos en al estación Coca-cola y mientras bajamos oímos a un gordo con coleta y pinta de narco decirle a sus colegas:

- Guarden las carteras, estamos en el infierno.

Si lo dice él, que es un animal, vamos apañados, así que taxi al canto y volando hacia la Estación caribeña en 5 minutos. Cuando arribamos vemos nuestra guagua partiendo, la hemos perdido, pero bueno, hay otra a las 13:00hrs y son las 11:15. Al comprar los billetes nos dicen que ha habido un derrumbe en la carretera y lo que era una hora y media se van a convertir en cinco por un desvío. Ya no llegamos a la lancha que nos lleva a Tortuguero.


Hacemos noche en Cariari en el Hotel de Patricia, 10$ C/u, el sitio bien, regentado por Patricia, una cincuentona de buen ver que nos pone al día del lugar, nos cuenta que allí se vive de la banana, y eso ha traído a casi dos mil nicas (nicaragüenses), que trabajan de sol a sol como animales, y cuando llega el fin de semana descargan con el alcohol y las mujeres, con lo cual han aumentados los incidentes y la prostitución. Nos advirtió de tener cuidado, a nuestro entender exageraba un poco, pero a decir verdad se respiraba un ambiente algo sórdido.

Cenamos en el pueblo algo diferente, tilapia, un pescado que la camarera no supo decirnos si era de agua dulce o salada, y unas tiras de pollo rebozado muy sabrosas. En Centramérica es bastante habitual el consumo de esta ave, forma parte importante de su dieta.

De ahí a la cama, tocaba otro madrugón.


8 DIA

A las seis de la mañana en la puerta para ser recogidos por una guagua, y de ahí al embarcadero, donde esperaba una canoa de unos 10metros que zigzagueando por los meandros de un río espectacular nos remonta al pasado cretácico del planeta. Jungla y rio, rio y jungla, los ojos como platos ante este salto temporal, absorto ante la vegetación y los cientos de pájaros de diferente especie que surcan el cielo; tucanes, pelícanos, garzas de colores, colibríes, fragatas, cormoranes.... Tortuguero es una población aislada de unos 1000 habitantes, con el mar caribe a un lado y 50metros al otro, el río.
No hemos cogido buen tiempo, hace viento, pero no se está mal. Nos alojamos en las cabinas Icaco, bungalows básicos con tres camas y un pequeño jardín circular con hamacas (10$ c/u), gestionado por Calixto, descendiente de jamaicanos, población creciente por esos lares. Un tipo que se lo toma con mucha tranquilidad.


Ya establecidos decidimos contratar un tour furtivo por 25$ cada uno a Cerro Tortuguero, el punto más alto con la increible altura de 119 metros. Nuestro guía "profesional" es Leonardo, un pibe de no más de 25 años. La zona está restringida al acceso turístico, pero él hace un apaño al estilo pirata.

Nos lleva por unos recovecos del pueblo y de ahí a un embarcadero privado donde nos espera Wilfredo, un chico con una camiseta del Barça, verdadera devoción en este país.
Remontamos el río, y de pronto: un cocodrilo sobre una tarima de madera a modo de muelle, el bicho no se movía, y estuvimos a 1 metro de él. Continuamos en la lancha y avistamos otro. Mal sitio para un chapuzón.

Desembarcamos a orilla del Cerro Tortuguero, nos recibe un peludo sin camiseta enarbolando un machete, Leonardo paga el impuesto revolucionario. Son una familia de nicas que viven allí, son okupas, y no se atreven a expulsarlos, cuando lo han hecho acaban volviendo una y otra vez, son los amos del lugar.

Empezamos a andar, es una jungla espesa, tras unos pasos el guía coge un temitero del suelo y cae de él un escorpión. Esto ya no me gusta tanto y empieza a darme mala espina. Rafa y yo nos rociamos de arriba a abajo con repelente de insectos y tensos nos metemos los calcetines por encima de los pantalones y Paco... A Paco le da igual. Luego ranas venenosas, mosquitos, arañas de considerable tamaño, todo eso en un tupido sendero cuesta arriba lleno de fango hasta la cima del Cerro. Ufff, diez minutos caminando y yo ya deseaba volver, pero hubiera sido imposible encontrar el camino de vuelta. Paco sin embargo seguía impasible las explicaciones del guía, y Rafa y yo mirando sin parar todo lo que se encontraba a nuestro alrededor, espalda contra espalda intentando mantener la calma.

El trayecto se me hizo eterno, Rafa me miraba mientras sonreía irónicamente, y cuando menos lo esperábamos... zas!!!! La cima, una vista de Tortuguero con río y mar a ambos lados, y recortes de selva jalonados por el río, se extendía ante nuestros ojos. Había valido la pena gastar los 25$ que el pirata nos había cobrado. Bueno, Rafa y yo hubiéramos pagado cinco veces más porque nos sacara de allí.
La vuelta la hicimos con otro talante, un poco más festivo. Eso sí, siguiendo las tres reglas: Escuchar, intentar ver y sobre todo no tocar.


Ya en Tortuguero nos echamos una cenita ligera, partidita de cartas y de nuevo a la cama. Al día siguiente cogíamos barcaza hasta el Puerto de Moín y no queríamos levantarnos muy molidos. Por cierto, al volver de la cena , en la oscuridad del pueblo de chabolas que es Tortuguero nos abordó un tipo con pelo afro:

- Quieres algo?, marihuana ???
- No tío.
- No fumas? -se extrañó-
- No, es que a mí no me sienta muy bien
- Pues tu parece que fumas, perdona
. Tranqui, en mi país me ocurre también (un estigma del que no me separo)

La marihuana es normal en la zona del Caribe. Hay una gran mezcla de nacionalidades, ticos, nicas, jamaiquinos, colombianos... Un crisol cultural que convive para sobrevivir.
En esta zona el turista es visto como fuente de plata. Excursiones y traslados son manejados entre ellos con gran complicidad, sacando tajada y beneficio, no sólo para el que te vende la excursión, sino para toda una cadena de intermediarios de la cual no es posible saltarse un eslabón.

Según hemos ido viendo, el tico es amable y siempre dispuesto a ayudar, no parecen tener malicia, por el contrario el nica es más espabilado, ladino, buscando sacar provecho de donde pueda, siempre irónico y malencarado, muchos años de guerra y dureza les han enseñado a ser vivos.

Tortuguero me ha recordado a la Graciosa, menos de 1000 habitantes, sin vehículos a motor exceptuando algún Quad modificado para ayudar en las labores de la construcción. Son orgullosos y desafiantes, viven en un sitio especial y lo saben.

Aquí el cambio climático también se nota, han habido inundaciones en pleno verano y están un poco desconcertados. A pesar de todo, el calor húmedo nos persigue, a veces llueve, finas pero pertinaces cortinas de agua, que gracias a los chubasqueros, prenda imprescindible , vamos sorteando. Este tiempo agota las fuerzas.

No es que el Caribe me haya decepcionado, pero es un mar bravo y de color marrón. Quiero pensar que quizás sea esta época del año, pero si no es así, entonces Fuerteventura tiene todas las de ganar en un mano a mano.

Continuará...

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Photos

Viñeta
bosquejo de Rafa sobre la cresta aparecida en la playa .¿iguana pescadora...?

Bastón del emperador
Tipica flor de Costa Rica

Spider
El guia explicando la vida de las arañas.

Denusa
Tipica flor de Costa Rica

Comments

[teresa davila sanchez]

que gran regalo se hicieron unos a otros
los recuerdos es la mejor herencia que dejamos com los que compartimos nuestras vidas por momentos, ya sean largos o cortos, pero siempre intensos un enorme abrazo Paco y Victor desde el fondo de mi corazon