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Published: March 28th 2009
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Por fin vais a poder vernos ligeros de ropita. Una vez dejada atrás la sierra, nos fuimos rumbo al mar, a dorar los cuerpos y bañarlos arrollados por las olas calentitas del Pacífico. Hasta llegar a Puerto López pasamos por Guayaquil y sus suburbios. De Puerto López a Canoa, con innumerables cambios de autobús y de terminales. Así que al salir de Canoa, nos pusimos en la carretera con el dedo gordo bien tieso y seguimos recorriendo la costa hasta llegar a Mompiche.
Así que este es un blog de playa, de mucha arena, mucho sol y mucha sal. Los churris se lo han pasado super bien, han podido disfrutar de unas vacaciones del viaje y han intentado recuperar la salud, un pelín mermada con tanto traqueteo.
Han sido días bonitos y felices, y noches de happy hours, amigos, charlas, lunas llenas y de una cosa que nunca antes habíamos visto y que hemos podido disfrutar con la boca abierta: las fosforescencias del plancton. Se veía una nube submarina de color verde fluo que se movía a una velocidad increíble por la bahía haciéndose cada vez más intensa su luz. Al romper la ola, se iluminaba toda la espuma con remolinos
de locura en la noche oscura y sin luna. También al ponerse el sol, justo cuando sólo queda un punto de luz del sol sobre el horizonte, en el mar, cuando parece que el agua va a empezar e hervir, se veía un rayo verde que subía hasta el infinito.
Y bueno, muchas cosas más. Ahora estamos ya en Otavalo y en unos días cruzaremos la frontera para Colombia y dejaremos atrás este pequeño pero sorprendente país. Así que disfrutar con nuestras fotos y un besazo para todos. Muás.
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