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Published: November 29th 2006
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Larcomar
Nocturna y seudo \"Chick\" Un grueso manto de neblina opaca puertas y fachadas. Miraflores, seudo “chic” y nocturno ilumina de colores los rostros de sus parroquianos. El antes parque Salazar, ahora Larcomar, alberga en su arca ondulante y asimétrica la fauna de la burguesía limeña. “La divina trinidad” de la juerga “nice” se llama Aura, Gótica y Bartini; y su fiel y dogmática pleitesía promete ángeles terrenales y borracheras de los mil demonios.
En grupo, ellas llegan sobre su nube 4x4. Apretadas, ricas y rubias hacen sonar sus tacones altos en el lustrado piso de cerámica. Con un tonito naturalmente diforzado, alargan las palabras mientras conversan de los amigos y los problemas de la “chamba”. Ellas se encuentran con ellos. Se besan, se abrazan, sonríen. Juntos se solapean en el Zuka para la calistenia de rigor mientras esperan que Aura se “arme”.
Ellos, apretados, perfumados y fornidos dejan que las chicas se sienten primero. El ambiente es distendido y el decorado minimalista. Uno que otro saluda al barman, viejo amigo del “cole” que no tenía los mismos recursos o quizás primo lejano que cayó en desgracia y “no la hizo”. Así, demuestran que la discriminación de clases en el Perú “ya fue”, se acercan, se abrazan, se acuerdan quizás de la “promo” o de la abuela que nunca ven.
Son las 11 y todos sacan sus tarjetas. Una vez que pagan, medios “picados” se levantan, se despiden de medio mundo y juntos se van a Aura. Ellas los abrazan, ellos hablan por el celular. En la puerta 5 grandulones con aspecto de gorila levantan las cadenas y los dejan pasar mientras los saludan levantando la mano a la altura de la frente al estilo militar.
Ximena Ruiz junto a cinco amigas también llega a Larcomar. Cumple 20 años y se la va pegar de los mil demonios en Aura. Toda la gente de la “U” y del “cole” va “a caer”. En la puerta, los “gorilones” llamados “vips”, le piden su DNI. Que raro, sus amigas de “promo” y de ciclo ya habían entrado pero sorpresivamente la fiesta se volvió sólo para mayores de 24 años. Sus ojos grandes y negros regaron lágrimas de vergüenza, la triste vergüenza del que se siente racialmente discriminado. Pese a los reclamos, gritos y ruegos, ella y sus amigas tuvieron que salir e irse a una discoteca de Barranco. (Cifras sobre Racismo en el Perú)
A Juan Vásquez también no lo dejaron entrar. A pesar de sus 25 “añasos”, las zapatillas lo descalificaban para pisar el sacrosanto piso del paraíso terrenal. Es decir, sus zapatillas de marca Airwalk, compradas hace seis meses y usadas sólo por él no tenían suficiente “caché”. Debió comprarse unas zapatillas Etnies como las del rubicundo campeón de tabla, Gabriel Villarán que si superaban los requisitos mínimos de buena calidad para hacer su ingreso. Cuando se les pregunto a los morenos hombres gorilas el motivo, sólo atinaron a decir: “Es Gabriel Villarán pues, además él siempre viene”. (Datos sobre Racismo)
Mientras Juan reclamaba su derecho, Claudia Rodrich, molesta, como agredida, rezongaba la terquedad del “cholito”. Decía: “Como va a venir así, que no se pase, parece piraña con esa camisota a cuadros. Es que ellos tienen sus discotecas, no entiendo porque se empeñan en venir acá sabiendo que no los van a dejar entrar, eso es masoquismo. Y es que así es el razonamiento en esta burbuja de “Cristal”, no, de Cristal no, de Heinekken o Corona.
Un grupo de jóvenes no vestidos para la ocasión se acercan al local. Con polos y pancartas inscritas con “Basta de Racismo” o “En el Perú todos somos iguales” se aproximan causando el vértigo de los grandes vigilantes. La turba, liderada por Juan Villavicencio, profesor de la PUCP, obligan a salir al administrador y firmar a regañadientes un pacto de no discriminación. En estos tiempos, nadie se puede dar el lujo de parecer racista cuando la semana pasada, INDECOPI, ha castigado a Café del Mar con una multa de 125 mil soles por discriminación racial. Por este motivo, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), el Instituto de Defensa Legal (IDL), Amnistía Internacional - Sección Peruana y otras instituciones, fupresentada la campaña contra el racismo denominada "Basta ya de racismo en el Perú ", cuyo objetivo es concienciar a la población y recolectar la mayor cantidad posible de firmas de rechazo a esta práctica permanente y dañina.
Larcomar, el arca de Noe que se reserva el derecho de admisión, perpetúa, incólume, su existencia mientras el temporal social azota el mundo con vientos de cambio. Ximena y Juan quizás se fueron a Lince o a Barranco, al Burrito o al Barlovento, al final, lo que importa es “tonear”. Ellas y ellos parecen no importarles nada, sonrientes de borrachos y chinos de drogados, celebran la alegría de vivir en un mundo feliz donde todos, con arbitraria ayudita de los “vips”, versión terrenal de San pedro, finalmente encuentran su lugar.
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