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Published: November 8th 2008
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Este año tuvimos la suerte de pasear muchísimo. Y si bien en cada viaje tratamos de organizar actividades para los chicos, la realidad es que fueron pocas. Los enanos se la bancaron cuando los hicimos caminar por lugares históricos, mirar museos o visitar lugares en los cuáles no entendían nada.
Desde el cumple de Pedro que teníamos una deuda pendiente con ellos, y esta vez era su turno. Tocaba ir a la “Casa de Mickey Mouse”,
Disneyland Paris!
Salimos bien temprano de la casa de los tíos en Martigny, y cerca de las 2 de la tarde estábamos haciendo el check in en el hotel. Fuimos al
New Port Bay Club, uno de los hoteles de Disney situado en la orilla del lago que están en la entrada.
El hotel está todo decorado al estilo marinero y es realmente muy bonito. Todas las mañanas venían 2 personajes de Disney a sacarse fotos con los chicos, lo que Pedro y Santino han disfrutado mucho.
Varias veces pensamos que son tan chiquitos que se van a olvidar pronto, pero basta ver la cara de felicidad que tuvieron durante esos 5 días, para darse cuenta que no se van a olvidar nunca mas. Cada
vez que veían un personaje parecía que se les paraba el corazón, y automáticamente sonrisa de oreja a oreja. Durante el desfile de carrozas, Santino no paraba de saltar y gritar “esta loco Mickey Mouse!!!”
Tuvimos suerte de haber ido durante la temporada baja, con lo que casi no tuvimos que hacer colas en los juegos, y varias veces nos pasó de poder dar 2 o 3 vueltas seguidas en el mismo juego sin tener que bajarnos del carrito, botecito o lo que sea. “
It´s a small World” resonó todo el día en mi cabeza después de la tercera vuelta en el mundo de las muñecas.
A Pedro el juego que más le gustó fue
Autopia. Son los autitos a motor que van por una pista y que tienen una guía en el medio para que no se choquen. Gracias a eso el pudo manejar, y sin dudas que fue toda una experiencia al volante! Menos mal que todavía no me pidió que le compre un auto. Por las dudas que me lo pida, ya tengo la respuesta: “tus abuelos, gustosos, te van a prestar el de ellos cuando vayamos a Argentina”. Papa, querido viejo, no te olvides que a mi
no me prestaste el auto hasta los 17, ojo con lo que haces con Pedro eh!
Santino se quedó fascinado con el juego
Buzz Lightyear Laser Blast. Se trata de una pequeña nave espacial que va recorriendo un camino lleno de extraterrestres que responden a Zorg, el malo de Toy Story. En la nave hay 2 pistolas láser para dispararles a los monstruitos extraterrestres y al propio Zorg. Tanto le gustó que le compramos la pistola láser y se la pasaba por todos lados diciendo “voy a matar a Zorg”.
Hacía tiempo que venía hablando con Pedro acerca de las montañas rusas. Con mucho esfuerzo lo convencí que estaban buenas, y el decía que quería ir a una. Apenas entramos a Disneyland nos fuimos directo a la
Big Thunder Mountain, que se suponía que era la mas amigable de las montañas rusas. Ni resultó tan amigable ni le gusto un poquito a Pepe, tanto que se la pasó diciendo que no quería subir más a la “montaña rosa”.
Los grandulones, o sea los padres, disfrutamos también de los juegos para nosotros. La Space Mountain, la Rock´n Rollercoaster de Aerosmith y la Torre del Terror. Nos fuimos turnando, así que mientras uno iba
con los chicos, el otro podía ir a subir un poco la adrenalina.
Nos divertimos muchísimo en todos los juegos a los que pudimos subir los 4 juntos, sobretodo el tren, el de Cars, las tazas, el de Dumbo y otro de naves.
Hicimos las compras de rigor, y cada uno se llevó lo que mas le gustaba. Santino la pistola de Zorg, Pedro el helicóptero de la película de Cars, Mariela una bufanda de Mickey, una cartera y yo el gorro de cocinero de Ratatouille. También llevamos un montón de adornitos para decorar la casa.
No hay dudas que ver a los chicos disfrutando tanto fue una emoción. Como diría la propaganda de MasterCard, “No tiene precio”.
La canción principal de Disney dice en una parte “Just like we dreamed it” (“Justo como lo soñamos”)… y la verdad que se equivoca. Fue mas de lo que soñamos!
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