Siempre he sido “la catete de la hora”… mis amigas más cercanas pueden dar fé de ello. Si vamos a la nieve, jodo para que todos estén listos a las 7:15 para no toparse un taco (y realmente JODO!!). El que no está listo a esa hora tiene dos opciones: o lo dejo en la casa o lo espero, muy enojada, y se lleva un reto las 45 curvas. Cada vez que me tocó ir a dejar a alguien al aeropuerto lo apuré una y otra vez para estar a la hora y con tiempo de holgura para cualquier eventualidad. Entonces, por qué el día del viaje que he esperado por más de dos meses, me traspapelo en la hora, me relajo y me ducho tranquila, salgo con la hora justa, a la hora del taco
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