Sapa y las montañas talladas del norte de Vietnam

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Después de cruzar la frontera Laos-Vietnam el viaje a Sapa dejó de ser tan divertido y pintoresco como la primera parte (de Luang Prabang a la frontera); fueron 6 horas en un minibús incómodo para llegar a Dien Bien Phu, una ciudad sin nada de encanto y en donde conseguir un restaurant resultó más difícil que conseguir una aguja en un pajar; al día siguiente tocaba otro minibús del mismo estilo que el anterior por 10 horas... El paisaje de Dien Bien Phu a Sapa fue lo único que nos salvó de la miseria de estar sentadas durante todo el día en esos asientos duros.

El primer día en Sapa decidimos alquilar un scooter y recorrer los alrededores para visitar las aldeas de las etnias minoritarias que abundan en el norte de Vietnam y por supuesto para ver los hermosos arrozales tallados en las montañas por los cuales Sapa es tan famosa entre los turistas. El paisaje era aun más hermoso de lo que había visto en fotos, pero la experiencia en las aldeas a las que fuimos fue un poco decepcionante; no eran más que especies de "parques temáticos" para los turistas en donde las mujeres (vestidas con sus pintorescos trajes) no paraban de acosarte para que les compraras sus artesanías, y aquí uso el término "acosar" abarcando todo su significado, porque te seguían por docenas todas hablando al mismo tiempo "comprame por favor!", "de dónde eres?", "cómo te llamas?"... en uno de estos ataques decidimos fingir que no hablábamos inglés, lo cual al final no resultó ser la mejor idea porque siguieron detrás de nosotras como por 15 minutos y de paso no nos podíamos comunicar más que con señas y miradas porque ni yo hablo japonés ni Naho habla español... El camino a las aldeas fue otra aventura, luego de cierto punto el asfalto dejó de existir y teníamos que rodar por una carretera de tierra con grandes piedras que con mi inexperiencia me hicieron pasar muchos momentos de tensión, y una caída que solo dejó un pequeño raspón.

Al atardecer nos paseamos por el centro de Sapa, bastante turístico, tiene un mercado en donde consigues ropa, artesanías y comida; y muchos restaurantes, cafés y tiendas como en cualquier otro destino turístico.

El domingo era el día del famoso mercado de Bac Ha, a 110km de Sapa (3-4 horas en bus); la manera más conveniente de llegar era en un minibús que nos llevaba y luego nos traía de regreso, y que al final resultó ser un tour en donde hasta pretendían que almorzaramos todos juntos; primero nos llevaron a una casa "típica" en donde sus habitantes se movían por la casa y hacían sus cosas ignorando al grupo de turistas que no paraban de hacerles fotos indiscretamente y sin pedir permiso; luego nos dejaron en el mercado y en lo que pudimos nos escapamos del grupo. El mercado de Bac Ha es un mercado semanal al que va la gente de todas las etnias de los alrededores a comprar y vender animales de faena (caballos, burros, búfalos) y que eventualmente se convirtió en un destino turístico porque es una de las mejores oportunidades para ver a estas personasque tanto llaman la atención por sus atuendos coloridos; el verdadero mercado es difícil de ver al principio porque está cubierto por un mercado paralelo para los turístas, repleto de artesanías; pero si te metes por una pequeña y casi camuflajeada entrada llegas primero a la parte en donde venden comida, llena de los locales que asisten al mercado que van ahí a comer algo; detrás de esto está un espacio abierto grande en donde puedes ver a todas las bestias y a sus dueños y potenciales compradores. El mercado me encantó, es muy pintoresco e interesante, y definitivamente un festín para mi cámara.

Al regreso nos quedamos en Lao Cai, en medio del camino hacia Sapa, en donde se encuentra la estación de trenes para ir a Hanoi. Nos costó conseguir un pasaje porque era domingo y Sapa es un destino turístico también para los vietnamitas; tuvimos que comprarlo a una revendedora que estaba descaradamente sentada frente a la taquilla, y que al principio nos ofreció los pasajes por 300 000 dong (el precio oficial era 210 000) y que terminó dejándonos, luego de regatear firmemente, por 250 000.

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