Perhentian Islands

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El sábado también empieza bien temprano. Esta vez sin embargo, tenemos a Mr Lee susurrándonos a través de la puerta. "Are you readyyy?". Menudo susto que nos llevamos... Después, los retortijones empiezan. El ansia de probar comida distinta juega malas pasadas frecuentemente, y ahora el pastelito malayo me da duro :S .

Sin prisa para pensar, salimos de la pensión y nos metemos en un taxi que nos lleva a Kuala Besut, a una hora de camino. Kuala Besut no tiene nada de especial y sólo es conocido por su puerto donde aguardan decenas de lanchas que conectan con las islas Perhentian, nuestro destino. Después de solucionar un pequeño malentendido con el taxista, el cual pensábamos nos había timado (¡resultó que era yo que estaba dormido! :o ), nos tuvimos que pelear con la gente de la lancha que, por una razón que nunca llegamos a conocer, no nos dejaba subir. Eran las 8, ¡y querían que cogiésemos la de las 12! Al final la tozudería tuvo su recompensa y logramos embarcar. Los "speedy boats" no se están con tonterías y hacen honor a su nombre cogiendo velocidades que te hacen sufrir por tus pertenencias. Por suerte, nada cayó al mar y pudimos disfrutar de una entrada espectacular en la isla.

Cualquier isla tropical que os hayáis imaginado alguna vez seguro concuerda con las islas Perhentian: aguas cristalinas poco profundas, una jungla que rebosa verde, bruma matinal que se mece entre los árboles, playas blancas salpicadas de bungalows... Escogemos la isla pequeña (Perhentian Kecil) como destino ya que ésta tiene un ambiente más de mochileros que su hermana Perhentian Besar. Atracamos en Coral Bay y después de bajar de la lancha andamos por la arena hasta nuestro hotel al final de la playa. Aprendemos que no tendremos la habitación hasta pasado el mediodía, así que después de explorar nuestra playa llena de coral desde los primeros metros, cruzamos la isla hasta la otra playa, Long Beach, mucho más arenosa y apta para el baño que su vecina. A lo largo del camino a través de la jungla (nada de carreteras, ¡no hay un solo coche!) encontramos un "monitor lizard" buscando la sombra hasta la noche.

Al mediodía entramos en la habitación y comemos en un chiringuito en la playa. Una pena que los anglosajones frecuenten bastante las islas y hayan influenciado un poco la carta (su fórmula "burger-coke, please" es todo un hit en la isla 😊 ). Nosotros comemos a lo malayo y después pasamos la tarde explorando Coral Bay. Con unas meras gafas de piscina vemos múltiples pececillos y erizos de mar. Sorpresa grande cuando encontramos una familia de peces payaso (¡Nemos!) dentro de una anémona. ¡Una buena preparación para lo que vendría al día siguiente!

Cambiamos otra vez a Long Beach, esta vez para tomar el sol y arrearnos un buen "ice-blended" (una especie de granizado de frutas) para aliviar la calor. Volvemos a Coral Bay para la puesta de sol y nos sentamos en playa a disfrutar del espectáculo. La verdad que nos viene bien un poco de calma después de tanto ajetreo... Para cenar, disfrutamos de una barbacoa de pescado en la playa por un poco más de 3 euros. Genial. Poco más se puede pedir: buena comida, cenar en la playa, ambiente ya más fresco y el espectáculo de la tormenta que se aproxima a lo lejos.

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Segundo día en Perhentian Kecil. La tormenta de la noche ha refrescado el ambiente pero ni rastro de nubes. ¡Es lo que tiene las lluvias tropicales! Hoy hemos contratado una salida completa de snorkelling. ¡Nuestro primer contacto con la vida submarina del viaje! Antes desayunamos en el salón del hotel, Silvia escoge el desayuno continental (unas aburridas tostadas) y yo el malayo (arroz blanco, cacahuetes, anchoas fritas, pepino y huevo duro). Mmm... Sin comentarios de mi elección. Suerte que pasé por la farmacia antes del viaje 😊

Lo dicho, conocemos a Jeff, un malayo muy simpático que será nuestro guía hoy. En la barca vamos con dos parejas de daneses y otro chico. Jeff nos cuenta que iremos a cinco sitios durante todo el día y el primero es... Sí, sí, "the shark point". Así que de primeras y sin ningún tipo de experiencia nos vamos de cabeza a una zona de coral donde abundan tiburones. La verdad que de primeras yo imaginaba que veríamos "tiburoncillos" ya que nos metimos en el agua sin ningún tipo de protección (bañador, máscara y aletas). Pues no. Después de estar un rato observando por primera vez el espectáculo submarino de coral y pececillos, apareció de golpe un tiburón de coral de punta negra (black-tip coral shark) con pinta de pocos amigos. 1,5 - 2 metros de tiburón merodeando el coral buscando desayuno. Sinceramente, la primera vez impresiona, y bastante. Uno no se espera que sea tan "real", y la sensación de tener el escualo a escasos metros es única. Jeff viene con nosotros esta vez y estruja una botella de agua vacía haciendo ruido. Iluso de mi, yo pensé que esto servía para ahuyentar el tiburón por si se acercase demasiado. Pues no, ¡contrariamente era para llamar la atención! Aun vimos un par más nadando juntos... Ya de vuelta en la barca, arrancamos de nuevo para dirigirnos al segundo punto del día: the Coral Garden. Esta vez nos rodean centenares de peces de todos los colores posibles. Éstos son muy curiosos y se pueden observar con todo detalle a unos pocos dedos de distancia de la máscara. Seguimos hasta "the Turtle point", la tercera parada de la excursión. Aquí vivimos una de las experiencias más únicas del viaje. En esta zona entre las dos islas el lecho marino está repleto de algas y resulta ser un excelente banquete para tortugas verdes GIGANTES. Nadar al lado de estos seres de 2 metros es algo maravilloso. Aprovechando cuando salen a la superficie a respirar, uno puede seguirlas de cerca (respetando una distancia mínima para no agobiarlas...) y observar con todo detalle su caparazón, sus aletas, el pico, los ojos... Sinceramente, un 10 de experiencia. De regreso en la barca, volvemos a Perhentian Kecil a comer algo mientras comentamos la aventura con los daneses.

Después de unos buenos "noodles" malayos seguimos la aventura con la visita del faro situado a unos cientos de metros de la isla. En principio poco se puede esperar de un oxidado y simple faro en medio del mar. Sin embargo, debajo del agua nos espera unos de los sitios de coral más bonitos del día. Es como estar en un jardín submarino de todos colores. Los peces merodean por todos lados y de golpe una nube de peces se le tira a la cara de Silvia. Después del susto inicial, vemos como un hombre está lanzando pan cerca de nosotros desde su barca. ¡No veas como se reía el tío! Acabamos el viaje en "Romatic Beach", la playa desierta que todo el mundo algún día ha imaginado... Ya en este último punto me doy cuenta de que algo no va bien con mi espalda ya que me escuece bastante. Efectivamente, la espalda me huele a quemado de tenerla todo el día al descubierto. El resto del cuerpo estando sumergido bajo el agua, ¡uno no se da cuenta de que esa zona se está quemando hasta que es demasiado tarde!

De vuelta a Long Beach, aun ensimismados por el espectáculo, volvemos a tomar un ice-blended y a disfrutar de la playa. Antes de la puesta de sol, aun tenemos tiempo para hacer una excursión por la isla que nos lleva a calas desiertas. Por el camino rocoso encontramos cangrejos enormes, lagartos, incluso piñas con muy buena pinta. Volvemos a Coral Beach donde, después de divisar tiburones cría desde el pequeño muelle, disfrutamos de la segunda puesta de sol, más bella si cabe que la anterior. De vuelta a la habitación nos encontramos un "amigo" en la habitación: un "gecko". El lagarto de 20 cm reposa tranquilamente en la pared de nuestra habitación a la espera de mosquitos... Obviamente, a Silvia no le gusta la idea de dejarlo en paz, así que me armo de una escoba y lo "invito" a salir del bungalow 😊 Para acabar el día, como no, una buena barbacoa de cangrejo y pescado. ¡Ah sí! Y un buen baño de After Sun para intentar dormir algo. :S

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